Barcelona alcanzó el día 20 de mayo 50 micr/m3 de NO2, un nivel por encima de la media anual para este contaminante, mientras China alcanza los valores previos a la crisis.

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La calidad del aire en Barcelona y el área metropolitana ha registrado algunos repuntes de contaminación en la segunda quincena de mayo, en lo que parece ser una consecuencia del aumento de la movilidad y el transporte. En Granollers, el día 21 de mayo, los niveles de NO2 -el contaminante urbano que más preocupa- fueron incluso un 3% superiores a la media de los últimos cinco años.

El repunte de la contaminación podría intensificarse las próximas semanas si los ciudadanos evitan el transporte público y optan por el transporte privado, alerta Xavier Querol, investigador del CSIC.

“Lo peor que podría pasar para la calidad del aire es que los ciudadanos dejaran de coger el transporte público”, destaca Querol.

“Si el ciudadano no hace uso del transporte público, ya sea por miedo o por aprehensión, la calidad del aire va a empeorar”, recalca.

Entre los días 19 y 22 de mayo se ha apreciado un incremento notable de las concentraciones de NO2 en Barcelona.

En Gràcia-Sant Gervasi se rebasaron los 50 micr/m3 (el día 20), el umbral que marca una deficiente calidad del aire. La concentración de este contaminante no puede superar los 40 micr/m3, según el límite que marcan las normativas europeas. A final de mes, se apreció, en cambio, una mejora de la atmósfera.

La contaminación del aire en Barcelona entre el día 19 y 22 de mayo ha sido entre el 15% y el 36% inferior a la media registrada en estas mismas fechas los últimos cinco años (período 2015-2019).

No obstante, en cualquier caso, son valores muy superiores a los alcanzados en algunas fechas de marzo y abril, cuando hubo días en que se llegaron a registrar incluso reducciones del 80% respeto a la media.

Mercè Rius, directora general de Qualitat Ambiental de la Generalitat, sostiene que para ver comprobar cómo se consolida una tendencia habrá que esperar a tener series más largas de datos, “porque, muchas veces, que la contaminación suba o baje depende sobre todo de las condiciones meteorológicas”.

No obstante, admite que “la situación es excepcional”. “Los niveles (de contaminación) se irán recuperando, pero que acabemos estando por encima o por debajo de la situación previa a la pandemia dependerá de la capacidad del transporte publico o del impulso que se dé al teletrabajo”, señala. “Por nuestra parte, buscamos dar flexibilidad al transporte publico para que la gente no lo coja en horas punta, y favoreceremos el teletrabajo a nivel interno”, añade.

Rius considera clave garantizar que el ciudadano utilice el transporte público para evitar los desplazamientos en transporte privado; de hecho diversas variables están interviniendo en la fluctuación de la calidad del aire, regida sobre todo por la menor actividad y movilidad.

“La gente va en bici, en patinete o pie. Se mueve menos, y hay que tener en cuenta que los colegios están cerrados. ¿Cuánto mejorará la movilidad? Eso lo veremos en septiembre, cuando abran los colegios”, apunta.

De todas maneras, los expertos consultados resaltan que la primavera no es la temporada con más episodios de contaminación en el área de Barcelona; pues la brisa marina dispersa los contaminantes.

En cambio, las próximas semanas aumentará el riesgo de contaminación por ozono (O3), un contaminante en las capas bajas de la atmósfera que se forma por la mezcla de los compuestos orgánicos volátiles, el NOx y ciertas condiciones de radiación solar.

Mientras tanto, los niveles de contaminación del aire en China ha vuelto a los valores previos a la pandemia, y los científicos alertan de que Europa puede seguir los mismos pasos cuando acaben los confinamientos en las grandes ciudades europeas.

Los datos del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (Crea) muestran que las concentraciones de partículas finas (PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2) en China están ahora en los mismos niveles que un año antes

En China, a principios de marzo, en pleno confinamiento, los niveles de NO2 disminuyeron un 38% desde 2019 y los niveles de las partículas ultrafinas PM2,5, un 34%.

El rápido repunte en la contaminación del aire ha sido paralelo a la subida de los niveles de consumo de carbón. Las industrias altamente contaminantes han sido las más rápidas en recuperarse tras la crisis que las del resto de la economía.

El grupo de consultoría energética Wood Mackenzie predice que la demanda de petróleo de China se recuperará hasta alcanzar niveles casi normales en el segundo trimestre de 2020.

En Wuhan, la ciudad en el centro de la epidemia, los niveles de NO2 ahora son solo un 14% más bajos que el año pasado, si bien los niveles habían disminuido brevemente a casi la mitad. En Shanghai, los últimos niveles son un 9% más altos que el año pasado.

Los contaminación del aire causan en todo el mundo al menos 8 millones de muertes prematuras al año.

Las ciudades europeas también han visto una gran caída en la contaminación del aire durante el brote del virus.

Los datos del Copernicus Atmosphere Monitoring Service (Cams), que rastrea la contaminación en 50 ciudades europeas, muestran que en 42 de ellas han medido en marzo niveles de NO2 por debajo del promedio. Londres y París tuvieron reducciones de 30% en NO2, un contaminante que se produce principalmente en vehículos diesel.

El equipo de Cams ahora está trabajando con el Centro de Supercomputación de Barcelona para producir estimaciones sólidas del efecto coronavirus.

La contaminación del aire se ha relacionado con daños cardíacos y pulmonares y muchas otras afecciones.

Además, cada vez hay más pruebas que relacionan la exposición al aire sucio con un mayor riesgo de muerte por Covid-19, lo que ha hecho que se hicieran llamamiento para mantener baja la contaminación del aire para ayudar a evitar los peligros de una segunda ola de infección.

El Observatorio de la Sostenibilidad de España elaboró un estudio en el que confirmó la drástica reducción de emisiones en las grandes ciudades españoles el primer mes de confinamiento.

La polución por NO2 bajo en Madrid un 62%; en Barcelona en un 62%; en Sevilla, en un 58%; en Bilbao, un 51 %, y en Valencia, la que muestra un mayor descenso, un 80 %.

Estos descensos eran esperables por la caída de tráfico rodado, que es una de las principales fuentes de este contaminante en las ciudades, aunque no la única variable que influye en la variación.

Los días con aire sin apenas contaminación por NO2 (menos de 10 micr/m3) no se daba en Madrid y Barcelona antes de la alerta sanitaria. En cambio, en el primer mes de confinamiento sí se repitió reiteradamente.

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