Se trata del PDK, un polímero 100% reciclable que, además de poder volver a su estado molecular original, puede adquirir nuevas propiedades.

Crédito: iStock/Mukhina1

Crédito: iStock/Mukhina1

Al día de hoy, no hay rincón del planeta libre de plástico. De hecho, se estima que en el año 2050 habrá más plástico que peces en el océano, lo que revela cuán importante es para nosotros la salud del planeta que nos proporciona prácticamente todo lo que necesitamos para vivir.

Ante este escenario, son muchos los que se han interesado por acabar con la contaminación de los plásticos, como es el caso del joven holandés Boyan Slat, el creador de la primera gran barrera artificial que aspira a que sean las propias corrientes marinas las que limpien las grandes ‘islas’ de basura del océano.

Pero hay también otros casos parecidos que buscan poner fin a este tipo de contaminación, como el de un equipo de investigadores del Laboratorio de Berkeley (EEUU) que ha conseguido desarrollar un plástico capaz de descomponerse y reciclarse de forma indefinida.

Esto es algo realmente innovador, pues la mayoría de plásticos no están diseñados para que puedan reciclarse, ya que contienen ciertos aditivos como los colorantes u otras sustancias químicas que lo impiden. Incluso el considerado como el más ‘reciclable’ de los plásticos, el tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés), que tarda unos 700 años en degradarse, se recicla a una tasa de solo el 20 o el 30%.

Los resultados del equipo de Berkeley se recogen en un estudio publicado el pasado mes de abril en la revista especializada Nature Chemistry en el que los autores, liderados por Peter Christensen, un investigador postdoctoral, explican que es posible descomponer, a nivel molecular, un pedazo de plástico sin que este pierda sus cualidades iniciales (peso molecular, estabilidad térmica, etc).

En concreto, el tipo de polímero que permite esta descomposición en monómeros de los polímeros de carbono de los que están hechos los plásticos recibe el nombre de poli(dicetoenamina) (PDK, por sus siglas en inglés) y, a diferencia de otros, puede separarse de los componentes químicos que otorgan dureza, flexibilidad o color a la ropa, a las fundas de los móviles o a los adhesivos, entre muchos otros, al entrar en contacto con una solución ácida que rompe los enlaces entre monómeros a la vez que los separa de los aditivos.

Se trata, en definitiva, de una alternativa a muchos plásticos no reciclables. Un hallazgo que, según los expertos, llega en un momento clave, ya que de no modernizar nuestros sistemas de reciclaje y repensar qué uso deberíamos hacer de materiales sintéticos como los plásticos, las consecuencias podrían ser irreversibles.

El primer polímero de plástico fue sintetizado en 1907 y desde entonces su producción no ha dejado de aumentar, pudiendo llegar en 2050 a los 500 millones de toneladas. Incluso los cosméticos y los dentífricos contienen plástico y, de todo lo producido, apenas un 5% se recicla, pues ningún método de reciclaje es, a día de hoy, capaz de preservar las propiedades originales de los plásticos.

Fuente

Noticias Relacionadas

¿Puede la carne sintética eliminar el maltrato animal y aliviar la crisis ambiental?

Leer Nota

El cambio climático alterara la hibernación de los osos pardos a largo plazo

Leer Nota

El coche eléctrico aumenta considerablemente el consumo de litio a nivel mundial

Leer Nota

El cambio climático eleva los riesgos ambientales a “graves”

Leer Nota