Chile se podría convertir en el primer país en tener una Constitución que protege los derechos mentales de las personas y que regula las plataformas sociales. El senador Guido Girardi habló con este diario sobre el proyecto.

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La Comisión de Ideas de Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación, creada en Chile, es una de esas pocas iniciativas en la región, y el mundo, que busca a nivel legislativo preparar y proteger a la sociedad de los peligros en los que pueden derivar ciertas tecnologías. Así como hay muchos caminos buenos que se pueden tomar con ellas, otros podrían poner en peligro derechos fundamentales como la privacidad o el libre albedrío. Específicamente las neurotecnologías, es decir, tecnologías que intervienen directamente cerebro humano, las cuales están en la mira de la comisión chilena, que intenta regularlas a través de neuroderechos o derechos humanos asociados a la tecnología.

El Espectador habló con el senador Guido Girardi, presidente de la comisión, sobre las iniciativas que se están trabajando en el proyecto y por qué es tan importante crear un marco jurídico que defienda al ciudadano de los efectos negativos que puede traer el avance científico en la era digital. En pocas palabras, se trata de una actualización inminente de los derechos humanos para inscribirlos dentro de esta nueva etapa de la humanidad.

¿Cómo nace la iniciativa?

Nosotros organizamos en Chile todos los años un evento muy importante que se llama Congreso al Futuro. Cada enero invitamos a 100 de los más importantes científicos del mundo junto con las universidades, el Congreso y tenemos más de 40.000 personas presenciales y cerca de tres millones de personas que nos siguen en redes sociales.

Hemos invitado a más de 800 de los más importantes filósofos y científicos del planeta, y han asistido personajes como Yuval Noah Harari, más de 20 premios nobel y uno de esos invitados fue Rafael Yuste, quien fue presidente del proyecto BRAIN, nombrado por el presidente Obama, para estudiar el cerebro humano. Él ha venido varias veces al congreso y ha venido trabajando con nosotros haciendo un llamado de atención de que la neurotecnología ha avanzado tanto que va a ser capaz cada vez más de leer los cerebros. No solamente poder predecir y reconocer patrones de las personas a través de algoritmos, sino directamente atravesar la última frontera y leer sin intermediación directamente lo que se está pensando, las emociones e incluso el inconsciente.

Por lo tanto, transparentar absolutamente al ser humano. Luego, si se puede leer el cerebro humano, se pueden escribir en el cerebro a través de neurotecnología ideas, pensamientos, emociones, odios que no son de la persona. Construir emociones y pensamientos de diseño que son introducidos en los cerebros. Esto ya se está industrializando, por ejemplo los proyectos creados por Elon Musk en los que se ha probado conectar el cerebro con otro o con un computador o el casco craneal de Facebook que permite poder escribir sin ningún tipo de interfaz, solo con ondas cerebrales.

Cuando esto ocurra, la neurotecnología necesita tener regulación. Lo que estamos planteando es que se debe establecer un marco regulatorio porque esas tecnologías, al igual que la energía nuclear, puede servir para el bien o para el mal de la humanidad, de hecho, con estas se pueden tratar problemas neurodegenerativos como el Alzheimer, el parkinson. La comisión del futuro que yo presido y que ya presentó dos leyes, es tal vez la única comisión a nivel mundial donde los miembros no son sólo los senadores, sino miembros de la academia, presidentes de universidades que pueden votar y presentar proyectos de ley.

Cuando esto ocurra, la neurotecnología necesita tener regulación. Lo que estamos planteando es que se debe establecer un marco regulatorio porque esas tecnologías, al igual que la energía nuclear, puede servir para el bien o para el mal de la humanidad, de hecho, con estas se pueden tratar problemas neurodegenerativos como el Alzheimer, el parkinson. La comisión del futuro que yo presido y que ya presentó dos leyes, es tal vez la única comisión a nivel mundial donde los miembros no son sólo los senadores, sino miembros de la academia, presidentes de universidades que pueden votar y presentar proyectos de ley.

Por eso además de la reforma constitucional presentamos un proyecto de ley que eleva el estatus de los datos neuronales, es decir, la mente, al mismo que el órgano. Nosotros ya establecimos una sanción penal al tráfico de órganos y acá hacemos lo mismo. Si alguien interviene el cerebro de una persona, debe haber un consentimiento del paciente para algún acto médico. Ya lo aprobó la comisión de Salud, estamos viendo los últimos procesos de mejoramiento de estas dos y este año espero que queden aprobadas ambas leyes.

¿Cómo puede cambiarle la vida a los ciudadanos chilenos estos nuevos derechos?

Por eso además de la reforma constitucional presentamos un proyecto de ley que eleva el estatus de los datos neuronales, es decir, la mente, al mismo que el órgano. Nosotros ya establecimos una sanción penal al tráfico de órganos y acá hacemos lo mismo. Si alguien interviene el cerebro de una persona, debe haber un consentimiento del paciente para algún acto médico. Ya lo aprobó la comisión de Salud, estamos viendo los últimos procesos de mejoramiento de estas dos y este año espero que queden aprobadas ambas leyes.

¿Cómo puede cambiarle la vida a los ciudadanos chilenos estos nuevos derechos?

Son un arma de doble filo, por eso lo comparo con la energía nuclear y tienen que tener regulaciones. Por ejemplo, las plataformas como Facebook y Google han privatizado internet, están colonizando el ciberespacio, están programando a los seres humanos y alterando todos los procesos de mediación como son la democracia o los medios de comunicación tradicionales, y están llevando a cabo un proceso de disrupción muy acelerado. Para poder habitar este mundo de incertidumbres, si se dieran todos estos cambios, sería con un chasis anacrónico.

Por eso se requieren nuevos derechos, Antes nadie se imaginaba que te pudieran cambiar tu conducta, tus sentimientos, que podrían neuroprogramar como lo hacen los algoritmos a través de las plataformas. De hecho, el humanismo liberal, que sustenta la democracia representativa del mundo, se funda y se basa y se basa en la concepción de que cada ser humano sabe por quién votar, qué pareja elegir, qué arte ver o qué consumir.

La disputa económica, geopolítica, por el control de los datos, se ha convertido en un campo de batalla. Además, estas neurotecnologías ya ni siquiera necesitan datos y algoritmos para predecir a partir de ellos. Solo es necesario inteligencia artificial para leer directamente nuestro inconsciente. Si se interviene la mente, se interviene un derecho fundamental, debemos velar por la libertad y la autonomía.

¿Se está tratando de prevenir lo que ocurrió con las redes sociales?

En materia de neuroderechos nosotros constituimos una comisión con cerca de 50 científicos que trabajan en neurociencia y la regulación del ciberespacio y las plataformas, porque cada vez que se ingresa a internet, Netflix, Zoom, se está en otro territorio. Cada vez más la vida, lo que tiene que ver con educación, ocio, esparcimiento, salud, se va a desenvolver allí. Ese territorio es el paraíso de la visión neoliberal y por eso las grandes plataformas se oponen a cualquier regulación democrática. La ideología de Sillicon Valley es que la democracia es incompatible con la tecnología. Y además son monopolistas, el ganador se lo lleva todo, por eso compran a toda la competencia.

Es fundamental para la democracia del futuro, si la vida va a transcurrir en el ciberespacio, que existían regulaciones de las plataformas, si no vamos a vivir en lo que llamo la dictadura de las plataformas que vana controlar nuestros datos, conductas, intervenir en nuestras, vidas, van a ir suplantando el estado social. La tecnología es fundamental para el ser humano, pero requiere replantearse el terreno de la vida futura de la economía, de la cultura, de la sociedad, de la geopolítica. Los datos deberían ser un bien público de la humanidad porque el que controla los datos, controlará todo.

No podemos permitir que el poder quede en manos de las plataformas americanas y chinas. Por primera vez Europa está fuera de la geopolítica porque no tiene plataformas ni los ejércitos que va a disputar la geopolítica del siglo XXI. ¿Qué va a hacer Latinoamérica? Yo creo que es fundamental ponerse a reflexionar.

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