"Los cuentos tienen el potencial de ser increíblemente poderosos. Pueden cambiar la forma en la que nos relacionamos y combatir los prejuicios. Y tienen un gran poder de persuasión", señala la psicóloga Zoe Walkington, del Open University en Reino Unido.

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La Licenciada Walkington cita una investigación que se basó en dos de las sagas literarias más populares de los últimos años: "Harry Potter" y "Crepúsculo".

El estudio mostró que las personas que leyeron un par de capítulos de la historia sobre el niño hechicero consideraban que tenían más habilidades para poder mover objetos con su mente que las personas que no habían leído "Harry Potter".

En tanto, los fans de la segunda saga, sobre vampiros, estaban convencidos de que sus dientes eran un poco más largos que los del resto de la población.

Los psicólogos llaman a este comportamiento "asimilación", y ocurre cuando un lector adopta las características de un personaje o grupo de ficción.

Walkington explica que los cuentos desencadenan dos efectos psicológicos en el lector:

Primero, la transportación, que ocurre cuando uno se pierde en el mundo que describe su libro.

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Luego, viene la identificación, que es cuando el lector se pone en la piel de un personaje y adquiere su perspectiva e identidad.

"Uno siente casi como si las cosas que le pasaran a él o ella nos estuvieran pasando a nosotros", describe la experta.

Hay investigaciones que sugieren que los fenómenos de transportación e identificación podrían estar relacionados con la capacidad de poder empatizar con otros.

"Leer no es una forma de relajación", señala el autor y guionista Anthony Horowitz. "Estás construyendo mundos, estás poblando esos mundos con ciudades y poblando a esas ciudades con gente".

"Aunque la televisión, el cine, el teatro, todos tienen su lugar en el mundo de la narración, para mí ese momento de contacto con un libro, cuando lees una historia y liberas sus secretos... nada se le asemeja", opina Horowitz.

Pero ¿qué ocurre concretamente en nuestros cerebros cuando leemos?

Es lo que están estudiando en la actualidad neurocientíficos de la Universidad de Cambridge, que analizan la actividad de diferentes partes del cerebro mientras leemos.

"Nos enfocamos en los significados de palabras individuales", explica a la BBC el neurocientífico Olaf Hauk.

"Por ejemplo, si lees la palabra 'salta', activas las mismas áreas cerebrales que se activan cuando de hecho realizas la acción de saltar", señala.

"Esto nos lleva a una pregunta interesante: 'Si lees que otra persona está saltando, ¿por qué se activan áreas en tu cerebro relacionadas con saltar?'".

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Hay distintas teorías que explican este fenómeno. Una de las principales tiene que ver con las neuronas espejo, como se conoce a las neuronas que se activan en nuestro cerebro cuando miramos las acciones de otros.

Algunos científicos creen que las neuronas espejo ayudan a crear empatía y que eso mismo podría ser lo que ocurre cuando leemos.

"Quienes sostienen esta hipótesis afirman que sumergirse en una historia es posible gracias al sistema de neuronas espejo", dice Hauk.

Esto explicaría por qué a veces nos sentimos tristes cuando leemos una historia sobre alguien que está triste, o sonreímos cuando los protagonistas de nuestro libro están felices.

Pero aunque Hauk cree que las neuronas espejo son "parte de este proceso", está convencido de que hay otros factores en juego, que espera revelar a través de su trabajo.

A pesar de que leer suele ser una actividad individual -y algunos hasta podrían decir, solitaria- se ha descubierto que en realidad tiene implicancias importantes para nuestras relaciones sociales.

"Se ha hallado que cuando conectamos con personas que no son reales, sino personajes de ficción, creamos una especie de sustituto social", explica Walkington.

"Es casi como si fuera una persona real. Los psicólogos a veces llaman esto una relación parasocial".

Esta relación tiene un impacto psicológico real: puede hacer que nos sintamos menos solitarios y también tiene la capacidad de mejorar nuestra autoestima y nuestro humor.

Los libros incluso pueden mejorar nuestra relación con nuestras parejas:

"Sabemos que tener muchas amistades con otras personas, cuando estás en pareja, tiene un impacto muy positivo para esa relación", afirma la psicóloga.

"Pero lo que es muy interesante es que no tienen que ser personas reales".

Por otro lado, se ha comprobado que los cuentos son muy efectivos para cambiar las opiniones de las personas respecto a temas controvertidos, como el matrimonio homosexual o la inmigración.

Un estudio liderado por el psicólogo Loris Vezzali en Italia, mostró que los niños que leían libros de Harry Potter reducían sus prejuicios hacia los inmigrantes.

Walkington recalca que este efecto solo es posible si el lector o la lectora se identifican con Harry.

En cuanto a los niños, la maestra Geerthi Ahilan señala que no solo aman los cuentos, sino que también son grandes narradores de cuentos.

"Siempre tienen alguna historia para contar, ya sea sobre lo que hicieron en el fin de semana o sobre algo que ocurrió durante el recreo", le dijo a la BBC.

La docente considera que las historias son esenciales para que los niños comprendan el mundo que los rodea y se entiendan a sí mismos.

En resumen entonces, los cuentos tienen la capacidad de educar, de aumentar nuestra empatía, de reducir nuestros prejuicios, de hacernos sentir menos solos y de persuadirnos a cambiar de opinión.

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