La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) calificó esta afirmación de "falsa y engañosa". El glifosato fue clasificado como un "probable cancerígeno" en 2015 por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC).

glifosato

Una controversial noticia anunció este viernes la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) al asegurar que ya no aprobará etiquetas de advertencia que afirmen que el glifosato causa cáncer. Además, calificó esta afirmación de "falsa y engañosa".

Andrew Wheeler, administrador de la EPA, aseguró en un comunicado que "es irresponsable exigir etiquetas que son inexactas cuando la EPA sabe que el producto no representa un riesgo de cáncer. No permitiremos que una decisión defectuosa de California dicte la política federal".

En 2017, en California se decidió que este herbicida debía llevar un etiquetado en el que anunciara que eran un producto "probablemente cancerígeno", luego de que, dos años antes, fuera catalogado así por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC).

Sin embargo, en una carta a las empresas, la EPA citó su propia evaluación de 2017 que, según sostuvo, contenía más datos. Jurados de este estado otorgaron millonarias indemnizaciones en tres casos contra Monsanto en los que las víctimas de cáncer argumentaron con éxito que el herbicida, introducido en el mercado a mediados de los años 70, era la causa probable de sus enfermedades. Pero, los montos a pagar se redujeron más tarde.

En julio, Austria se convirtió en el primer miembro de la Unión Europea (UE) en prohibir todo uso de glifosato, con restricciones también vigentes en la República Checa, Italia y Holanda. Francia lo está eliminando gradualmente hasta 2023. Los opositores a la ley austriaca consideran que esta legislación es contradictoria con la normativa la UE, que a finales de 2017 renovó la licencia de glifosato por otros cinco años.

No obstante, la independencia de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) fue cuestionada tras reportes de prensa que sugirieron que partes de su informe fueron copiados y pegados de un estudio de Monsanto de 2012. Ante la noticia, el epidemiólogo Manolis Kogevinas dijo en un artículo en el British Medical Journal que se había vuelto difícil separar la investigación científica sobre el glifosato de la política y los intereses económicos.

Kogevinas argumentó que se requiere más investigación para abordar los vacíos de información, incluidos los efectos relativos de las diferentes formulaciones de productos, el momento de la exposición y el mecanismo de acción de la sustancia en humanos.

El fallo es una buena noticia para el gigante agrícola estadounidense Monsanto y su casa matriz alemana Bayer, golpeados por una ola de demandas por su herbicida insignia vendido bajo el nombre comercial de Roundup.

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