Un documento de la Santa Sede la define como un intento de “aniquilar la naturaleza”.

Crédito: Alessandro Bianchi / Reuters

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Con un controvertido documento, el vaticano se pronunció este lunes sobre la ideología de género.

Pese a que no lleva la firma del Papa ni es doctrinal, pretende ser una especie de vademecum para las instituciones educativas católicas. El texto, de 31 páginas, es una verdadera condena contra la ideología de género en las escuelas, algo que la Santa Sede define como un intento de “aniquilar la naturaleza” y cree que atenta contra las familias tradicionales porque ignora las “diferencias naturales entre hombres y mujeres”.

El texto es de la Congregación para la Educación Católica (el departamento de la Santa Sede que controla los centros educativos), que considera que existe una “emergencia educativa” en lo que tiene que ver con la educación afectiva de los niños porque en muchos ámbitos se tratan temas ideológicos como si fueran científicos. “Estamos presenciando el riesgo de que se imponga un pensamiento único a las escuelas como un pensamiento científico que no podemos aceptar”, dice el autor del texto, el cardenal Giuseppe Versaldi, en una entrevista en el portal oficial del Vaticano.

En concreto, el documento, titulado “Varón y mujer los creó”, es muy duro contra las personas que se identifican como intersexuales o transgénero, que el Vaticano considera al final una “exposición solamente ‘provocativa’ contra los llamados ‘esquemas tradicionales’ que no tienen en cuenta el sufrimiento de quienes viven en una condición indeterminada”.

“Las teorías del gender indican – especialmente las más radicales – un proceso progresivo de desnaturalización o alejamiento de la naturaleza hacia una opción total para la decisión del sujeto emocional. Con esta actitud, la identidad sexual y la familia se convierten en dimensiones de la “liquidez” y la “fluidez” posmodernas: fundadas solo sobre una mal entendida libertad del sentir y del querer, más que en la verdad del ser; en el deseo momentáneo del impulso emocional y en la voluntad individual”, escribe la Sant Sede.

Versaldi defiende el documento está destinado sólo a las instituciones educativas católicas y que son las familias y los estudiantes quienes escogen libremente estas escuelas y universidades, por lo que pide respeto hacia las posiciones de la Iglesia. “No podemos fallar en nuestra identidad al adherirnos a un solo pensamiento que quisiera abolir la diferencia sexual reduciéndola a un mero hecho ligado a las circunstancias culturales y sociales”, apunta el cardenal.

La Santa Sede ha elegido lanzar estas líneas guía justo en el momento en que la comunidad LGBT celebra el mes del orgullo. Varios grupos católicos progresistas ya han criticado este acercamiento como otra manera de alentar el odio y la separación. “La gente no elige su género, como dice el Vaticano: lo descubre a través de sus experiencias. La Iglesia debería respetar y apoyar este proceso de descubrimiento, porque es un proceso en el que las personas descubren la maravillosa manera en que les ha creado Dios”, ha dicho Francis DeBernardo, director de New Ways Ministry, que busca reconciliar los católicos LGTB y la Iglesia institucional. “La desinformación del documento causará que las familias rechacen a sus hijos, e incrementará la alienación de las personas LGTB con la Iglesia”.

El documento sí que incluye algunos puntos de encuentro, pero básicamente se limita a pedir el respeto hacia las diferencias y el diálogo con todo el mundo, en el mismo sentido de lo que ha ido diciendo el papa Francisco en su Pontificado. Sus palabras alentando a los padres de niños homosexuales a llevarles al psicólogo causaron un gran revuelo. También lo generó, en el sentido opuesto, cuando justo después de ser elegido Papa, aseguró que no era nadie para juzgar a los homosexuales. “Debemos evitar los dos extremos: el del pensamiento único y el de la ideología que procede de la consigna, y el de que sólo vengan a nuestras escuelas quienes comparten la fe católica y piensan como nosotros. Debemos buscar formas de diálogo y responder a la emergencia educativa sobre estos temas. El documento es una contribución en este sentido”, zanja el cardenal Versaldi.

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