Se confirma el primer caso en Goma. Dos trabajadores de la salud murieron asesinados ayer en Butembo, uno de los focos principales del actual brote.

Crédito: EFE

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El ébola avanza imparable por toda la zona este del Congo, con más de 1.600 muertos. A las ciudades afectadas en las regiones de Ituri y Kivu Norte hay que sumar ahora Goma, una de las mayores urbes del país, con un millón de habitantes, y puerta de salida de los llamados 'minerales de sangre', aquellos usados por la industria tecnológica pero cuya obtención se vale del conflicto que sigue encendido en la zona desde hace 25 años.

El caso registrado en Goma es el de un pastor evangelista que se desplazó desde Butembo, uno de los focos principales de la actual epidemia, hasta la capital de Kivu Norte. Ahora está por comprobarse si este cura pudo transmitir la enfermedad a otras personas en la ciudad. Para ello hay que seguir todas las líneas de transmisión, algo que ha sido imposible en otras zonas de esta región y que explica la imposibilidad de sofocar la enfermedad.

Hay una cifra que explica muy bien el porqué de esta afirmación: el 50% de los pacientes están muriendo fuera de las unidades de tratamiento, es decir, que no fueron localizados cuando estaban enfermos y pudieron contagiar a muchos familiares en las últimas fases de la enfermedad y en los entierros, el momento en el que el virus es más contagioso.

El ébola ya saltó el mes pasado la frontera del Congo hacia Uganda alojado en tres cuerpos: un niño de cinco años y su abuela de 50, que murieron, y su hermano de tres, en aislamiento. Las autoridades ugandesas y ruandesas, que comparten borde con la zona afectada por la epidemia, llevaban semanas preparadas para ello y el personal sanitario de la región (4.700 trabajadores de 165 centros) estaba vacunado, prevenido y entrenado.

En Goma existe desde hace décadas un gran despliegue de ONG internacionales, con lo que la expansión del ébola en la ciudad no parece probable. Algunas de ellas han preparado a la población con campañas de educación e higiene para mitigar la transmisión del virus. El problema es que siga avanzando en las zonas rurales, donde el analfabetismo y la ausencia de infraestructuras del estado han provocado que el ébola avance sin control. Ni MSF ni la OMS han podido acceder a determinadas 'zonas rojas', controladas por grupos armados muy peligrosos. Uno de ellos es ADF, las Fuerzas Democráticas de Uganda, un grupo yihadista que ha jurado lealtad al califa Al Bagdadi y que hoy es provincia del Estado Islámico.

Goma se encuentra en la triple frontera entre Congo, Ruanda y Uganda, un lugar estratégico a la orilla del precioso lago Kivu donde residen los últimos gorilas de montaña y donde las empresas chinas parten con ese mineral, por la frontera y en plena noche, hasta los puertos de Tanzania, donde es embarcado hasta las zonas fabriles de Shanghai. Sacas de diamantes, oro, casiterita, manganeso, coltán o cobalto salen del país sin pagar impuestos a un estado que no controla su propio territorio.

Los ataques a los centros de tratamiento de ébola son constantes, lo que ha llevado a MSF a cerrar dos de ellos. El 20 de abril mataron a un doctor camerunés de la OMS en Butembo. Muchos creen que se trata de "una enfermedad imaginaria" y la ignoran. Otros aseguran que se trata de un virus inoculado a propósito por extranjeros y eso les sirve para justificar sus ataques. En ese contexto de estigma y terror, dos trabajadores de la salud murieron asesinados ayer en Butembo.

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