El primer objetivo es mejorar la detección, el diagnóstico y el tratamiento, en parte a través de una campaña de concienciación pública para evitar que los pacientes sufran insuficiencia renal. El objetivo es reducir el número de pacientes en un 25% para 2030. La medida proporcionaría incentivos para la atención preventiva, ya que muchas personas que tienen problemas renales no lo saben hasta que es demasiado tarde para tomar medidas preventivas.
El segundo objetivo es aumentar el acceso a las opciones para pacientes con enfermedad renal en etapa terminal. Esto incluiría encontrar más formas de brindar atención a domicilio a más personas, en lugar del tratamiento en los centros de diálisis.
El tercer objetivo es duplicar el número de órganos transplantados para 2030. La orden creará nuevos modelos de pago como incentivo para que los centros de tratamiento modernicen el sistema de trasplante de órganos. También llamará al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos a que mejore el apoyo a los donantes vivos de riñón. El secretario del HHS, Alex Azar, dijo que habrá nuevos modelos de pago que alentarán a los pacientes a recibir trasplantes, en lugar de permanecer en diálisis.
El gobierno de Estados Unidos actualmente gasta más de 110.000 millones de dólares en pacientes con enfermedad renal. Eso es una quinta parte del gasto total de Medicare, dijo Azar. Azar cree que esto ahorrará dinero a largo plazo con esta orden ejecutiva.