Antes de quedarse sin provisiones a la vista de la media de llegadas que se están produciendo.

Crédito: BRENDAN MCDERMID / Reuters

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El coronavirus le ha dado la vuelta como un calcetín al sistema sanitario de Nueva York. Hasta ahora, los hospitales competían por conseguir pacientes, porque eso significaba ingresos. Hoy, por el contra, tratan de parar la afluencia de contagiados por la Covid-19 ante el temor del colapso. El gobernador Andrew Cuomo sostuvo este jueves que el estado dispone de respiradores para seis antes de quedarse sin provisiones a la vista de la media de llegadas que se están produciendo.

La piezas en reserva asciende a 2,200 y a diario se distribuyen entorno a 350. “Esta es una ecuación determinante, los 2.200 desaparecen de manera muy rápida”, recalcó. “Si una persona viene, necesita un ventilador y no lo tienes, esa persona muere”, remarcó el gobernador.

Cuomo aludió a que están tratando de buscar alternativas mediante un plan de contingencia, como la aplicación de las máquinas de ventilación utilizadas en las anestesias, las del tipo que se usan en las apneas o que los pacientes compartan el uso de los ventiladores disponibles. Y reconoció que continúan buscando en el mercado, aunque cada vez resulta más complejo, por la creciente competencia para comprar esos respiradores y por el encarecimiento.

También explicó que habló con el presidente Donald Trump. Aunque aseguró que él está seguro de que “el gobierno federal hará lo que pueda por ayudar”, se mostró escéptico de Nueva York cuente con esa colaboración de la Casa Blanca dado el escaso margen de maniobra.

“No creo que el gobierno federal se encuentre en la posición de proveer respiradores en la medida de que los necesita la nación”, señaló. En cierta medida se trata de aplicarse el “asume que vives tu propia vida”.

A pesar de esa conversación positiva con el presidente, Trump lanzó unos de esos tuits en los que se quita los problemas de encima y hace recaer las culpas en los otros. Según su visión, el ejecutivo está haciendo “entregas masivas” de suministros médicos, incluso hospitales enteros. Si no es suficiente se debe a que “algunos tienen un apetito insaciable y nunca están satisfechos (¿política?). Recordad, les estamos dando apoyo”. Incluso asistió que “los demandantes deberían haber hecho stock y estar preparados antes de que nos golpeara la crisis”.

Como coinciden no pocos expertos, Trump despreció los informes en los que le advertían del peligro de una pandemia. Hasta esta semana que adoptó un tono lúgubre, el presidente ha estado minusvalorando la gravedad. Hasta este domingo, su proyección era poner la economía el próximo 12 de abril, pese a que sus asesores científicos se lo desaconsejaron desde el día que lo anuncio.

De los cerca de 240.000 casos confirmados en Estados Unidos, el líder mundial, el estado de Nueva York cuenta unos 93.000 positivos. Hay más de 5.650 muerto a nivel nacional, de los que unos 2.400 corresponden a Nueva York.

El gobernador Cuomo recalcó que los cálculos sobre los respiradores pueden ser demasiado optimistas si los casos se aceleran. El pico de contagios es muy amplio,

sostuvo, es muy amplio, de siete a 30 días. A mayor proximidad, más probabilidades de que los hospitales no dispongan de los respiradores, pieza esencial para salvar vidas.

En el supuesto de que no haya suficientes, los médicos deberán encarar una cuestión decisiva, a quién le ponen el ventilador y a quién no. El objetivo de Cuomo y de Bill de Blasio, alcalde de la Gran Manzana, de salvar el máximo de vidas será un imposible.

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