on la amplia oposición republicana, el Senado de Estados Unidos rechazó a última hora del miércoles 19 de enero la reforma electoral impulsada por el presidente Joe Biden, con la que buscaba garantizar varios derechos relacionados con el voto. El mandatario sufre la derrota cuando este 20 de enero cumple un año en la Presidencia y a meses de las elecciones de medio término, programadas para el próximo noviembre y las cuales renovarán el Congreso.

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El presidente de Estados Unidos Joe Biden cumple un año en el poder este 20 de enero y la fecha se ve ensombrecida por un fuerte revés para los demócratas en el Legislativo.

Los progresistas no lograron pasar el proyecto de ley ‘Freedom to Vote’, que ya había sido aprobado en la Cámara de Representantes, y que buscaba garantizar para todos los ciudadanos el derecho a la votación anticipada y el voto por correo.

“Estoy profundamente decepcionado de que el Senado no haya defendido nuestra democracia. Estoy decepcionado, pero no estoy disuadido. Continuaremos avanzando en la legislación necesaria e impulsando cambios en los procedimientos del Senado que protegerán el derecho fundamental al voto”, aseguró el mandatario a través de su cuenta de Twitter, tras conocer la derrota en el tumultuoso final de su primer año en el cargo.

La iniciativa de ley naufragó luego de que la Cámara Alta no lograra un acuerdo para cambiar una regla denominada filibusterismo o “ley de obstrucción”, la cual bloquea el debate de cualquier propuesta si no logra antes un respaldo mínimo de 60 senadores.

La proposición del líder de los demócratas en el Senado, Chuck Shumer, de evadir esa regla para llevar a discusión la reforma electoral, fracasó ante las divisiones de su propio partido y la oposición en bloque de los republicanos.

A pesar de un día de debate penetrante y discursos que a menudo hicieron eco de una era anterior, cuando los opositores a la legislación de derechos civiles desplegaron el obstruccionismo del Senado, los demócratas no pudieron persuadir a dos miembros reticentes de su bancada: Kyrsten Sinema, de Arizona, y Joe Manchin, de Virginia Occidental, para cambiar los procedimientos y permitir que una mayoría simple promoviera su avance en el Congreso.

La vicepresidenta Kamala Harris presidió brevemente el Senado, con su facultad de romper un empate de 50-50 si fuera necesario, pero se fue antes de la votación final. El cambio de reglas fue rechazado con 52 votos frente a 48, con Manchin y Sinema uniéndose a los republicanos.

Esa votación puso punto final, al menos por ahora, a una de las mayores prioridades demócratas desde que la bancada azul tomó el control de la Casa Blanca en los comicios de 2020 y del Congreso, tras las elecciones de medio término de 2018, aunque ostenta un empate de 50 senadores en el Senado.

Los cambios que buscaba la reforma electoral de Biden

El proyecto de ley habría establecido estándares federales mínimos de votación para que cualquier ciudadano registrado pudiera solicitar una boleta por correo. También habría establecido al menos dos semanas de votación anticipada y ampliado el uso de urnas que hacen que votar sea más conveniente en muchas áreas.

La reforma también apuntaba a decretar como feriado nacional los días de elecciones, lo que podría aumentar la participación ciudadana, pues en la actualidad los comicios legislativos y presidenciales en el país se celebran un martes de noviembre, día laborable.

Además, los demócratas también habrían intentado eliminar el partidismo en la forma en que se rediseñan los distritos electorales cada década. En la actualidad, el "gerrymandering" inclina regularmente el campo a cualquier partido que esté en el poder en los distintos estados.

Los demócratas argumentaron que su proyecto de ley fortalecería una democracia azotada por los conflictos internos y los violentos disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio a manos de miles de partidarios del entonces presidente Donald Trump. Los simpatizantes del exmandatario intentaron detener una certificación del Congreso de la victoria de Biden en 2020 contra Trump.

Si bien las garantías de estos derechos relacionados con el voto han sido planteadas por los demócratas con anterioridad, ahora resultan trascendentales pues la pandemia de Covid-19 volvió populares las formas de voto no presencial, pero que según los progresistas no están garantizados para todos.

Los dos partidos políticos se alistan para las elecciones de medio término, previstas para el próximo 8 de noviembre, en las que ambos se juegan el control del Legislativo.

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