La nueva estrategia, que ha sido remitida para su evaluación a organismos pertinentes rusos, prevé dos escenarios: el regular y el intensivo, precisa la agencia Interfax.
En el escenario regular, Rusia, el cuarto país más contaminante del mundo, debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 33 % hasta 2030 con respecto a los niveles de 1990.
Esta opción contempla en particular nuevas políticas forestales para aumentar su protección y más restricciones a las talas.
En el escenario intensivo, a su vez, se prevé alcanzar la neutralidad del carbono en la segunda mitad del siglo XXI.
La oficina rusa de Greenpeace saludó este lunes la nueva estrategia de las autoridades de este país, pero la calificó de “insuficiente”.
“Previamente, Rusia se proponía reducir las emisiones entre un 20 % y un 35 % para 2030, lo que significa que el nuevo proyecto eleva esta cifra en tan solo tres puntos porcentuales”, apuntó la ONG en un comunicado.
A la vez, la organización ecologista se congratuló por el reconocimiento ruso de la necesidad de adoptar un desarrollo bajo en emisiones contaminantes.
“Es algo que hace cinco años no podíamos ni soñar”, señala Greenpeace, que subraya la necesidad de tomar medidas urgentes para luchar contra la crisis climática, porque “este decenio es clave para el futuro de la Humanidad”.
