Poner el foco e invertir en los trabajos de cuidado es la clave para acelerar la recuperación económica en América Latina tras la llegada de la pandemia de la covid, según ha recogido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un último informe.

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“La crisis de la covid ha puesto de manifiesto la injusta organización de los cuidados en América Latina y el Caribe. Las mujeres antes de la pandemia ya se  dedicaban a los cuidados remunerados y no remunerados más de un tercio del tiempo o tres veces más de lo que dedican los hombres, por lo que invertir en la economía del cuidado puede tener efectos muy importantes en el resto de la economía”, ha dicho la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en la presentación.

Bárcena ha asegurado que la carga de cuidados en la región ha aumentado “en una forma impresionante” con la llegada de la pandemia. En el 2020, por ejemplo, aumentó un 51 % en Argentina, en el caso de Uruguay subió un 20 % y en el caso de Colombia, lo hizo un 39,6 %.

“América Latina debe invertir en la economía del cuidado y reconocerla como un sector dinamizador de la recuperación, con efectos multiplicadores en el bienestar, la redistribución de tiempo e ingresos, la participación laboral, el crecimiento y la recaudación tributaria”, ha agregado.

Diez años de retroceso para el empleo femenino

La pandemia ha impactado también y “de manera muy contundente” en la calidad del empleo y en los ingresos de las mujeres de la región, según ha determinado la Cepal. La tasa de participación femenina ha caído un 6 % en 2020, en comparación del 4 % de los hombres, pues son ellas las que trabajaban en sectores que terminaron siendo muy afectados por los confinamientos.

“Esto significa que 23 millones de mujeres se aproximan a la pobreza. Vamos a tener 118 millones de mujeres en la pobreza. Esto asumiendo que las medidas que están tomando los gobiernos no llegan a las mujeres. Esto significa un retroceso de 10 años, una década perdida en la participación de la mujer en el mercado laboral que tanto trabajo ha costado”, ha señalado la secretaria ejecutiva.

Entre los sectores clave para la ocupación laboral femenina que se vieron afectados el año pasado están el turismo (donde el 61,5 % de personas ocupadas son mujeres), la enseñanza (70,4%), la salud (73,2 %) y trabajo doméstico remunerado (91,5 %).

“Los sectores más afectados han sido justamente aquellos asociados a la economía del cuidado”, ha agregado Bárcena.

Mujeres sobrerrepresentadas en el área de salud

La llegada de la COVID a la región ha permitido además visibilizar que, aunque son las mujeres las que ocupan el mayor número de plazas en el sector de la salud, sigue habiendo una brecha salarial de casi el 25 %.

“Mas del 60 % de los puestos en el sector salud son de mujeres, el promedio es 73,2 %. El problema es que no ganan lo mismo, hay una diferencia salarial de 23,7 %, pese a que se hacen casi el mismo trabajo. Esta es injusticia plena y eso es lo que tenemos que arreglar”, ha mencionado la líder de la Cepal.

Los países que tienen un mayor porcentaje de brecha salarial en el sector salud son Panamá (32,9 %), Brasil (27,3 %), y Chile (26 %), mientras que los que menos tienen son República Dominicana (0,5 %) y El Salvador (1,5 %).

La economía del cuidado en la región

La secretaria ejecutiva ha alentado también a los gobiernos a priorizar en sus estrategias de vacunación al personal de salud, y a quienes se desempeñan en los sistemas educativos y en el trabajo doméstico, en su mayoría mujeres, “que son un pilar fundamental para el cuidado y la sostenibilidad de la vida”.

“Estamos proponiendo que sean ellas las que sean vacunadas y atendidas con prioridad, porque son mujeres que se están moviéndose constantemente, atendiendo a niños, adultos mayores y personas con discapacidad”, ha manifestado.

En muchos de los países el trabajo doméstico remunerado ha caído entre el 15 y el 46 %, lo que ha provocado que muchas mujeres sin un seguro laboral perdieran sus empleos.

“Esto es lo grave. Ellas pierden el empleo y ¿luego que? No están afiliadas, no tienen seguro de desempleo ni ningún tipo de seguro social”.

Debido a este panorama, ha mencionado, resulta fundamental avanzar en un nuevo pacto fiscal que “promueva la igualdad de género y que evite la profundización de los niveles de pobreza de las mujeres, la sobrecarga de trabajo no remunerado y la reducción del financiamiento de políticas de igualdad”, ha alertado.

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