La Unión Europea quiere ganar más influencia en el mundo y focalizar sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático, el crecimiento económico y la seguridad. Estos son los cuatro mandamientos que los países europeos están discutiendo y desarrollando en su Sinaí particular y que, bajo el nombre de Agenda Estratégica, deberán regir su conducta en los próximos cinco años.
Ayer los debatieron los embajadores de la Unión Europea en Bruselas, con vistas a su adopción en la cumbre de jefes de Gobierno del 20 y 21 de este mes. El borrador consta de cinco páginas en que se destaca la necesidad de promover los intereses y los valores de Europa en el mundo. La UE tiene que ser “más asertiva y más poderosa” para influir en la nueva situación mundial, y para ello se requiere “más unidad en las posiciones que tomemos, y ser más determinados y efectivos ejerciendo nuestra influencia”. También se señala que serán necesarios más recursos, lo que se puede fácilmente traducir por nuevos fondos, para estas funciones.
El documento también defiende a fondo el multilateralismo y reclama una “política comercial robusta, ambiciosa y equilibrada.” Respecto a los aspectos de seguridad, la UE reconoce que deben asumir “una mayor responsabilidad” en su propia seguridad y defensa, aumentado la inversión en la defensa de Europa, en cooperación con la OTAN.
El documento se abre con el capítulo dedicado a la protección de “los ciudadanos y las libertades”, en que de detalla, en un lenguaje contundente, la necesidad de “asegurar la integridad de nuestro espacio físico, necesitamos saber y ser los que decidamos quienes van a poner el pie en el territorio de la UE”. Precisamente, tanta contundencia provocó las críticas de algunos países que pidieron ,y seguramente conseguirán, que se suavice el lenguaje.
La negociación seguirá hasta el día 20, cuando los jefes de Gobierno de la UE tendrán que aprobar sus nuevos mandamientos.
Además de estrategia, a finales de mes, los jefes de Gobierno también tendrán que elegir a las personas destinadas a llevarlos a la práctica, y entre ellas ocupa un lugar destacado el futuro presidente de la Comisión Europea. Ayer, uno de los candidatos, la danesa Margrethe Vestager, reafirmó su condición de candidata ante las reticencias que han surgido respecto a sus opciones. Vestager pertenece a la familia liberal, que está de acuerdo con la socialista en desalojar a los populares de la presidencia de la Comisión Europea, pero, hasta el momento, no en quién la ocupará. El candidato socialista es el holandés Frans Timmermans, y los dos, y no sólo ellos, se enfrentan al popular Manfred Weber. A los que ponen en duda que no haya hecho una auténtica campaña electoral como Spitzenkandidat, la danesa respondió que “he estado muy activa en la campaña, participé en el debate presidencial en Eurovisión. Sigo siendo candidata”.