Sólo ocho países europeos tienen un claro compromiso de eliminar para el 2030 el uso del carbón para producir electricidad (al margen de los siete que no lo utilizan). Once, en cambio, no renuncian. Así lo indica un informe de las organizaciones Climate Action Network (CAN) y Europe y Sandbag, que ha analizado los Planes Nacionales de Energía y Clima de los 21 estados miembros de la UE que aún utilizan carbón para la generación de electricidad.
Para cumplir los compromisos contraídos en virtud del Acuerdo de París contra el cambio climático, la UE debería eliminar el uso del carbón para 2030. Es la etapa necesaria para lograr que en el año 2050 haya un balance cero de emisiones, y conseguir la descarbonización de la economía, sostienen estas organizaciones.
El informe revela que, según el borrador de los planes nacionales, para el año 2030 todavía habría 60 GW de capacidad instalada de carbón en la UE, lo que supone una reducción de solo el 58% en comparación con los niveles actuales (143 GW).
Del análisis de estos planes se desprende que once estados miembro no planean eliminar el carbón para el 2030; de hecho, la mayoría de ellos tienen planificada muy poca o ninguna disminución de la capacidad de carbón con relación al año 2019.
Los países que no renuncian explícitamente al carbón para el 2030 son: Alemania, Polonia, República Checa, Eslovaquia. Eslovenia, Croacia, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Hungría y España.
En segundo lugar, hay ocho estados miembro que tienen un compromiso claro de eliminar el carbón durante el período que en rigen estos planes (entre el 2021 y el 2030).
Estos países son Finlandia, Irlanda, Dinamarca, Holanda, Austria, Francia, Italia y Portugal
Y, finalmente, hay dos estados miembro que eliminarán gradualmente el carbón, pero no como un objetivo explícitamente establecido en sus planes nacionales (Suecia y Gran Bretaña).
Los países que pretenden usar una mayor cantidad de carbón en el 2030 son Polonia, Alemania, Rumania, Bulgaria, Grecia y República Checa.
El informe se muestra crítico ante el hecho de hay países que no renuncian al carbón pero se quieren beneficiar de las diversas medidas de apoyo a la transición energética previstas por la UE, incluida la Coalición Plataforma de regiones en transición, cuyo objetivo específico es asistir a las regiones carboníferas a que se alejen de este combustible.
Los Estados miembros con menores ingresos podrán acceder a unos 26.000 millones de euros entre 2021 y 2030 a través del recién creado Fondo de Modernización para ayudar a la transición energética.
Muchos de ellos –Polonia, la República Checa y Bulgaria, que representan casi 41 GW de capacidad instalada de carbón– prevén una reducción escasa o nula de esta potencia instalada para 2030.
Por ejemplo, Polonia, que muestra el peor comportamiento -seguida de cerca de Alemania- prevé que su capacidad de carbón instalada sea de 26,9 GW, y se reduciría a 22,9 en un plazo de 12 años.
Tras la elaboración de estos planes nacionales, se prevé que la Comisión Europea evaluará su calidad, lo que puede dar pie a modificaciones.
Los autores del trabajo sostienen que el apoyo de la UE para favorecer una transición justa en las regiones carboníferas debe estar condicionado a compromisos “creíbles y ambiciosos” de transición energética, incluyendo reducciones significativas en la generación de electricidad a partir del carbón.
Joanna Flisowska, coordinadora de políticas de carbón en CAN Europa, comentó: “La Comisión Europea debe exigir a los gobiernos que se responsabilicen de la calidad de sus planes de energía y clima”, señala Joanna Flisowska, coordinadora de políticas de carbón en CAN Europa.
“Los rezagados en la acción del clima no deberían irse de rositas. La UE necesita apoyar la transición energética justas en las regiones del carbón sobre la base de compromisos creíbles y ambiciosos claramente articulados en los planes de energía y clima. Una transición energética justa para alejarse del carbón no puede ser sólo hablar y nada más”, señala.
Charles Moore, analista de energía y políticas de Sandbag, comentó: “La Comisión Europea solo puede continuar apoyando a estos estados miembro si aportar planes realistas para alejarse del carbón. Un plan de energía y clima creíble requiere un plan para el carbón. Los estados miembro deben utilizar el proceso de desarrollo de estos planes como una oportunidad para marcar un camino detallado hacia el logro de una economía neta cero para 2050. Una eliminación de carbón para 2030 es el primer paso en este camino“.