Un estudio del think tank francés Shift Project descubrió que los servicios de transmisión generan emisiones sorprendentemente altas.

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Ver un programa de media hora causaría emisiones equivalentes a 1.6 kg de dióxido de carbono, explicó Maxime Efoui-Hess, del grupo de expertos francés, Shift Project. Eso es equivalente a manejar 6.28 kilómetros.

Tomados en total durante el año pasado, los servicios de transmisión de video en línea generaron tantas emisiones como el país de España. Y se espera que esa cantidad se duplique, predice el Proyecto Shift.

De acuerdo con el portal Big Think, el 34% de todo el tráfico en línea está relacionado con la transmisión de Netflix, Hulu, Amazon Prime y similares. De manera reveladora, después de todos los grandes proveedores de transmisión, el siguiente sector más grande de transmisión de videos proviene de la pornografía en línea.

La principal pérdida de energía proviene de los servidores de servicios de transmisión. Contribuyen alrededor del 0.3 por ciento de todas las emisiones de carbono, según Nature Research. Gary Cook, de Greenpeace (que monitorea la huella energética del sector de tecnología) le dijo a AFP: "Los videos digitales vienen en archivos de gran tamaño y (se están haciendo) más grandes con cada nueva generación de videos de alta definición. Más datos quivalen a más energía necesaria para mantener un sistema que esté listo para transmitir este video a su dispositivo en cualquier momento".

Los servicios de transmisión en línea también Anders Andrae de Huawei Technologies estima que para 2030 alrededor del 4.1 por ciento del presupuesto mundial de electricidad será absorbido por los servidores de transmisión de video. Además, Cisco Network espera un aumento cuádruple del tráfico de video por Internet entre 2017 y 2022, que consumirá el 80 por ciento del tráfico web global. (El Proyecto Shift ofrece un navegador web llamado Carbonalyser para ayudarlo a rastrear su propio consumo de transmisión). Para 2020 se espera que lleguen nuevos servicios de transmisión muy esperados, incluidos Disney + y Apple TV.

También se le suma los cambios de tamaño y calidad de las pantallas porque cada vez requieren de más energía para funcionar. La Asociación de Tecnología del Consumidor descubrió que el tamaño promedio de la pantalla en 1997 era de solo 22 pulgadas. Para 2021, predicen que el tamaño promedio de la televisión será de 50 pulgadas. Las pantallas populares de resolución 4K usan aproximadamente un 30 por ciento más de energía que las pantallas de alta definición que la precedieron. Pronto, las poderosas pantallas de resolución 8K, que se estrenaron el año pasado, pueden convertirse en un estándar de la industria.

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