El Síndrome blanco, que ya ha acabado con un tercio de la barrera de corales del norte del estado mexicano de Quintana Roo, se propaga ahora por Belice y Yucatán, amenazando el segundo sistema de arrecifes más importante del mundo, alertan expertos..

Crédito:  Conabio

Crédito: Conabio

A principios del año esta rara enfermedad solo se localizaba en los arrecifes del norte de Quintana Roo, en el sureste de México.

Sin embargo, tras expediciones recientes, se pudo constatar que el llamado Síndrome blanco ya ha infectado los corales del sur de Quintana Roo, Yucatán y también de Belice.

Los nuevos lugares afectados son el Parque Nacional Arrecife Alacranes, en Yucatán; Banco Chinchorro, ubicado al sur de Quintana Roo, y las costas de Belice.

A decir del funcionario, el Parque nacional Arrecife Alacranes tiene un nivel de afectación de mediano a alto y una situación parecida estaría ocurriendo en Belice.

Tras estudios, se determinó que se trataba de una enfermedad insólita en México. Pero en menos de un año, ha acabado con más del 30 % de los corales del Sistema Arrecifal Mesoamericano: un hábitat para más de 100.000 especies.

Al ser un fenómeno inédito en México, reciente y poco estudiado, todavía no se encuentran las causas, cuenta García Rivas.

Pero sí hay dos indicios: 40 años de verter aguas residuales al mar y el arribo masivo del sargazo en años recientes.

Una vez que los corales adquieren la enfermedad, su tejido se desprende hasta dejarlos desnudos, en el puro esqueleto, y mueren en cuestión de semanas.

Al menos en Puerto Morelos, que es el área de estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Conanp, han muerto prácticamente todos los llamados corales, que son hábitats de diferentes especies.

La presencia de sargazo en los mares genera nutrientes que cambian la composición química del agua, proceso conocido como eutrofización, lo cual acelera la muerte de los corales.

Además, las sustancias tóxicas que emana el sargazo generan condiciones de poco oxígeno, y sin este, los corales o cualquier organismo vivo, mueren.

Por último, el ensombrecimiento de las “islas de sargazo” impiden el paso de luz, lo cual estresa a los corales: otra causa de muerte.

Satélites de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) captaron recientemente una muralla de sargazo de más de 8.500 kilómetros de longitud que se extiende desde África Occidental hasta el Golfo de México.

EFEverdeerde

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