Los osos polares raramente se acercan a las zonas pobladas a no ser que una necesidad vital los lleve hasta ahí.

Crédito: Reuters

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Esta semana un ejemplar de oso polar fue visto en la ciudad minera rusa de Talnaj, de 47.000 habitantes, situada por encima del Circulo Polar Ártico.

Según informa la publicación local Zapolyarnaya Pravda, el animal recorrió unos 500 kilómetros desde su hábitat natural en el mar de Kara. El motivo de su extenuante viaje fue el hambre.

Los osos polares se desplazan hacia el sur debido a la disminución del hielo ártico. Eso estaría modificando los hábitos alimentarios de estos animales, que disponen cada vez de menos recursos en su hábitat natural. Esta semana se difundió otra imagen, pero en Groenlandia, que da cuenta del impacto del deshielo el polo norte.

Irina Yarinskaya, fotógrafa del periódico Zapolyarnaya Pravda, tomó estas increíbles imágenes de la odisea del oso en medio del tráfico del centro de la ciudad, paseando por las afueras visiblemente cansado y descansando en una zona industrial.

”Está gravemente hambriento, apenas puede parpadear y mantener los ojos abiertos, casi incapaz de caminar”, explica Yarinskaya.

La presencia del animal en la ciudad se convirtió en todo un espectáculo y decenas de personas se acercaron a hacerle fotos. El oso polar fue filmado y fotografiado por unos jóvenes que aseguraron encontrarse a unos 40 o 50 metros de distancia, y el animal no mostró signos de agresividad debido, seguramente, a su cansancio.

Ahora, las autoridades de Talnaj están a la espera de recibir instrucciones desde Moscú sobre cómo actuar ante la presencia de osos. La legislación rusa prohíbe abrir fuego contra estos animales porque son una especie en peligro de extinción.

Aunque este caso pueda parecer aislado, la verdad es que los contactos de osos polares con humanos son cada vez más frecuentes, sobre todo en poblaciones siberianas al norte de Talnaj.

La llegada, el pasado mes de diciembre, de docenas de osos polares en las zonas pobladas de Novaya Zemlya, un archipiélago ruso ubicado en pleno océano Ártico, hizo saltar todas las alarmas.

Los plantígrados se trasladaron hasta esta remota localización en la que viven apenas 3.000 personas en busca de comida, algo que dejó boquiabiertos a sus habitantes.

En concreto, los expertos apuntan que la invasión de los osos se debe a la congelación tardía del mar, que está impidiendo que cacen a las focas y a las crías de estos pinnípedos, sus favoritas.

“El monitoreo del hielo muestra que, anteriormente, el hielo cerca del mayor asentamiento humano se formaba en diciembre, pero este año no”, expone en declaraciones a AFP Ilya Mordvintsev, uno de los expertos que volaron hasta la zona afectada -declarada en estado de emergencia por las autoridades- para evaluar el impacto de la llegada de los osos.

Según los expertos, el calentamiento global provocará en los próximos años que especies de regiones frías, como el oso polar, se desplacen hacia el sur para encontrar alimento. Esta situación entrará en conflicto directo con el hombre por la presencia de estos animales en sus zonas habitadas.

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