Una nueva investigación asegura que el ciclo de lavado delicado, el que ejerce menor fuerza de centrifugado, libera casi el doble de microfibras que un ciclo normal.

lavadora

Una investigación liderada por la Universidad de Newcastle y publicada en Environmental Science and Technology, desmiente totalmente la creencia de que el ciclo de lavado delicado nos puede parecer más suave, más económico y mucho más respetuoso para nuestra ropa y para el medio ambiente. Seguramente si nos preguntaran que ciclo contamina más responderíamos que el ciclo normal de algodón porqué necesita más energía para centrifugar a altas revoluciones y esta velocidad desgasta más la ropa y libera más partículas.

Los científicos han descubierto que la cantidad de agua usada durante el lavado es lo verdaderamente lesivo. La explicación es que cuanta más agua se utiliza para un lavado más cantidad de microfibras se desprende de la ropa. Los autores del estudio contaron 80.000 fibras más que usando un ciclo de algodón normal.

El estudiante de doctorado Max Kelly midió la liberación de microfibras de la ropa de poliéster de una gama de diferentes ciclos, temperaturas y volúmenes de agua.

Contando las fibras liberadas, su equipo encontró que cuanto mayor es el volumen de agua, más fibras se liberan, independientemente de la velocidad y las fuerzas abrasivas de la lavadora.

Usando una cámara de alta tecnología, los científicos contaron 1.4 millones de fibras de un lavado delicado de una prenda de poliéster, 800.000 cuando se usó un lavado de algodón normal y 600.000 en un programa rápido con agua fría.

“Hemos demostrado aquí que incluso a niveles reducidos de agitación, la liberación de microfibra es aún mayor con mayores proporciones de volumen de agua a tejido. Esto se debe a que el alto volumen de agua utilizado en un ciclo delicado, que se supone que protege la ropa sensible del daño, en realidad “arranca” más fibras del material “, explica Kelly.

Estas microfibras que se desprenden de la ropa cuando la lavamos son materiales como nylon, poliéster y acrílico, todos ellos partículas plásticas. Debido a que estas fibras son tan pequeñas se drenan por la parte posterior de la lavadora y finalmente pueden acabar ingresando en el medio marino donde son ingeridas por peces y terminar en nuestra cadena alimentaria. “Algunas de estas fibras pueden atraer contaminantes y químicos tóxicos que se adhieren a las fibras. Pueden actuar como concentradores de otros contaminantes tóxicos y actuar como portadores de estos químicos desagradables “, explica, microbiólogo marino, Grant Burgess.

Si no queremos contaminar más el agua y desgastar nuestra ropa los consumidores debemos usar el ciclo correcto para lavar la ropa y evitar lavar medias cargas para que no haya un alto volumen de agua en las prendas.

El Dr. Neil Lant, investigador de la Universidad de Newcastle que trabajó en el proyecto, explica que las prendas de fibras naturales, como lana o seda, aún deben lavarse en programa delicado.

Además, los investigadores han remarcado que los fabricantes de lavadoras han desarrollado filtros de microfibra para atrapar los mini contaminantes antes de que se liberen en el sistema de agua, mientras que la industria textil está trabajando para reducir el desprendimiento de fibras.

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