En el marco de lo que se vislumbra como una nueva era de acción climática más ambiciosa para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y evitar un calentamiento del planeta por encima de los 1,5 grados este siglo, algunos grandes grupos periodísticos están empezando a cambiar el modelo tradicional de sus actividades con el objetivo de reducir sus efectos en el calentamiento global.
Es el caso de “Thomson Reuters”, que se ha comprometido con la neutralidad de emisiones tras varios años trabajando por ese desafío con el objetivo de alcanzar una vinculación total con las energías renovables este año 2020. Otros grandes medios disponen de herramientas innovadoras para concienciar al lector del grave problema del calentamiento global y animarles a reducir la huella de carbono, como es el caso de “The New York Times” que ofrece un buscador que informa al usuario de cuánto ha aumentado la temperatura en su ciudad desde el día de su nacimiento.
Por su parte, el británico “The Guardian”, fue uno de los primeros medios en ajustar el lenguaje de sus artículos a la actual situación de emergencia climática mundial y otras redacciones como Agencia EFE decidieron seguir el ejemplo anunciando que no incluirán publicidad de empresas de combustibles fósiles en sus páginas para ayudar a luchar contra los gases de efecto invernadero.
“El paso es decidido, aunque no exento de dificultades”, según los expertos teniendo en cuenta la situación económica de un sector muy castigado por los bajos de ingresos a causa del acceso gratuito a contenidos en internet y la caída en picado de las ventas de los diarios en papel.
Los medios “deberían dar ejemplo también con acciones concretas” para reducir las emisiones contaminantes derivadas de sus propias actividades, ha destacado a Efe Pablo Barrenechea, responsable de la comunidad por el clima de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes).
La organización a la que representa es impulsora junto a un grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y comunicadores especializados del Decálogo de la Comunicación del Cambio Climático en España, al que se han sumado ya más de ochenta medios de comunicación en España.
Las principales emisiones por la actividad informativa se deben al consumo energético de sus sistemas e instalaciones, muchas veces sede de grandes corporaciones, y de los desplazamientos de los periodistas para cubrir las noticias, ha recordado el experto.
De acuerdo a datos de la Unión Europea (UE), la huella de carbono per capita de un español medio supera las 5 toneladas de CO2 al año. “Estamos en conversaciones con algunos de los grandes medios españoles que sabemos que están adoptando procesos para incorporar la acción climática en sus modelos de actividad” con el objetivo de reducir sus emisiones contaminantes, ha indicado Barrenechea.
El experto ha valorado por supuesto los compromisos de los medios para difundir y comunicar de forma activa mensajes que animen a la acción climática, pero ha destacado que los medios “deben corresponsabilizarse asimismo de sus propios impactos”.
En general es complejo medir la huella de carbono de un producto o actividad sea cual sea el sector, no solo el periodístico, ha añadido Marta Inés Morales, profesora de la Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño de la Universidad Europea. Morales ha lamentado la falta de conciencia todavía tanto individual como a nivel de empresa para tomar acciones que realmente ayuden a mitigar los impactos climáticos.
En cualquier caso, según los expertos, el entorno mediático es ya en general un altavoz cada vez más consolidado para la defensa climática.