Todo el mundo pone la mirada en los incendios que calcinan la región amazónica de Brasil, pero el centro de datos de la NASA Fire Information for Resource Management System muestra que regiones selváticas del continente africano también son pasto de las llamas.

Crédito: FIRMS/NASA

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Quizá también ayuda el peso económico y geopolítico del país suramericano. Pues los incendios en la selva brasileña han centrado en los últimos días la atención del mundo político y ecológico. Una de las claves sobre la atención que acaparan es que el presidente, Jair Bolsonaro, ha cargado en reiteradas ocasiones contra lo que califica de “activismo ambiental chiíta” y ha cuestionado públicamente los datos oficiales sobre deforestación.

Su Gobierno, incluso, ha sido blanco de críticas durante la Semana del Clima de Latinoamérica y Caribe que se celebra en la ciudad brasileña de Salvador, en el estado de Bahía, donde representantes de organismos regionales e internacionales, como la ONU, buscan una respuestas a la crisis climática global.

Lo cierto es que apenas se habla de África y el grave incendio que arrasa a la Amazonia de Brasil, que ha llevado su humareda a Perú, avivó el temor mundial por la devastación medioambiental, la crisis climática y el impacto de las políticas estatales que favorecen la explotación de recursos en áreas protegidas.

Los obispos católicos reunidos en el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) pidieron a los Gobiernos de Brasil y Bolivia, así como a la comunidad internacional, “a tomar serias medidas para salvar al pulmón del mundo”. “Lo que le pasa al Amazonas no es un asunto solo local, sino de alcance global. Si el Amazonas sufre, el mundo sufre”, manifestaron en un comunicado titulado “Levantamos la voz por el Amazonas”.

Esta conflagración es una de las más graves en los últimos años en la Amazonia, que suma el 25% de la superficie del continente y es la mayor floresta tropical del mundo. Esta zona se extiende sobre 7,4 millones de kilómetros cuadrados, que son equivalentes al 5% de la superficie total de la Tierra y a casi el 25% del continente americano.

Según el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil, que contabiliza los incendios mediante imágenes de satélite, los focos de fuego en todo el país en lo que va de este año superan en un 83% a los del mismo período de 2018. Y, en un informe difundido este martes, el INPE precisó que entre el 1 de enero y el 18 de agosto ha registrado 71.497 focos de incendio en Brasil y que un 52,5% se sitúa en la región amazónica.

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