El Gobierno ve un éxito haber limitado las víctimas; fueron 15.000 en el 2003.

termometro

Los dos episodios de calor extremo que se han vivido en Francia este verano han causado 1.435 víctimas mortales. Estos datos tan precisos fueron facilitados ayer por la ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, en una entrevista con las cadenas de radio públicas France Inter y France Info.

El Gobierno francés considera un éxito de prevención y de atención sanitaria haber podido limitar en lo posible los efectos letales de los periodos caniculares álgidos, en los que se llegaron a alcanzar los 46 grados centígrados –entre Narbona y Montpellier–un valor jamás registrado desde que se hacen mediciones. En el estío del 2003, el calor se cobró 15.000 muertos.

Mientras se produjeron esta vez los picos de calor –entre el 24 y el 7 de julio, y entre el 21 y 27 de julio–, no hubo apenas información sobre mortandad. Al contrario, se dio la impresión de que, salvo algunos casos aislados, la emergencia no iba a causar víctimas gracias a la intensa campaña de información, las advertencias y algunas medidas como la apertura de salas refrigeradas en instalaciones municipales. Hubo cierre de escuelas y la suspensión de exámenes.

Un análisis más minucioso de los datos ha llevado a concluir que, en la primera ola de calor, las muertes adicionales atribuidas a las altas temperaturas fueron 567. En el segundo periodo canicular habrían fallecido otras 868 personas. El incremento de la mortalidad respecto a un verano normal fue del 9,1%.

En el 2003, la emergencia se prolongó durante 20 días. Este verano han sido 18 días, repartidos en dos periodos muy intensos. En la segunda ola se vio afectado casi todo el territorio nacional metropolitano. Buzyn insistió en que, pese a las condiciones difíciles, “hemos conseguido, gracias a la prevención y a los mensajes que la población asimiló bien, que la mortalidad fuera diez veces menor que en el 2003”. La ministra agradeció el trabajo del personal sanitario, de los municipios y de las residencias de ancianos. La mitad de los fallecidos por el calor tenían más de 75 años, pero también sucumbieron a los efectos de la canícula personas de mediana edad y jóvenes. Diez de las víctimas eran hombres que trabajaban al aire libre.

Los fenómenos de calor asfixiante de este verano han alimentado aún más el debate en Francia sobre el cambio climático, elevando la problemática ecológica a una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. Eso, a su vez, tiene consecuencias políticas. Todos los partidos quieren situar la política medioambiental en el centro de su oferta a los votantes. El Partido Socialista, que atraviesa una crisis existencial muy grave, lo fía casi todo a su conversión al ecologismo social. Esta cuestión también será clave en las elecciones municipales del próximo marzo. París será la batalla principal. La actual alcaldesa, la socialista de origen gaditano Anne Hidalgo, ha querido dar a su mandato una orientación ecologista muy marcada, aunque ha cosechado resultados contradictorios y recibido no pocas críticas.

Fuente

Noticias Relacionadas

El Mediterráneo Occidental se une frente a la sequía y el cambio climático

Leer Nota

¿Puede la carne sintética eliminar el maltrato animal y aliviar la crisis ambiental?

Leer Nota

La deforestación en la Amazonía alcanza su mayor nivel en febrero

Leer Nota

El cambio climático alterara la hibernación de los osos pardos a largo plazo

Leer Nota