Por su repentina erupción, los habitantes de las aldeas cercanas fueron obligados a desalojar sus casas y además se forzó el cierre del aeropuerto internacional, de oficinas y de escuelas de Manila. La nube de ceniza recorrió más de 100 kilómetros al norte, llegó a Manila y causó la cancelación de más de 500 vuelos por el momento. Sí se permitió el aterrizaje del avión del presidente, Rodrigo Duterte, después de que su vuelo desde la ciudad sureña de Davao, su localidad natal, se viera retrasado ayer.
Según lo publicado por Europa Press, en la ciudad de Calambá, al sur de Manila, un camión con cuatro pasajeros chocó contra un poste en medio de una curva de la nube de polvo y ceniza gris que inunda el aire y bloquea el parabrisas. Una de las personas falleció por ello, mientras que las restantes resultaron heridas.
Ante este escenario, las autoridades elevaron la ale rta al segundo nivel más alto, el 4, debido al peligro de una erupción "explosiva" que podría producirse en las próximas horas o días. El jefe de Phivolcs, Renato Solidum, explicó que la lava era una señal de actividad en el volcán, pero dijo que se ignoraba si continuaría. Además anunciaron el estado de calamidad en toda la provincia de Batangas, en la que se encuentra Taal, según la cadena de televisión ABS-CBN.
Los sismólogos detectaron magma elevándose hacia el cráter mientras se sienten temblores cerca del volcán, cuya cima está iluminada por rayos. Estas luces suelen producirse por encima del volcán, en un fenómeno poco conocido que se atribuye a la electricidad estática.
Más de 25 mil personas fueron trasladadas a centros de evacuación, según la Policía, aunque los expertos esperaban que la cifra creciera a cientos de miles a medida que se apartaba a más gente de la zona de riesgo.
" No podíamos dormir porque la casa temblaba en cuanto cerrábamos los ojos. Ninguno de nosotros ha dormido. Nos hemos preparado para irnos", contó Lia Monteverde, una de las residentes de la zona.
Asimismo algunos residentes no podían salir de las aldeas cubiertas de ceniza debido a la falta de medios de transporte. Otros se negaron a abandonar sus hogares y granjas. " Tenemos un problema, nuestra gente entra en pánico por el volcán ya que quieren rescatar su sustento, sus cerdos y rebaños de vacas", dijo el alcalde del poblado de Balete, Wilson Maralit. "Estamos tratando de impedirles que regresen y advertirles que el volcán puede hacer erupción de nuevo en cualquier momento y causar daños".
Maralit, cuyo pueblo se ubica a lo largo del litoral del Lago Taal que rodea al volcán, solicitó el despliegue de soldados y más policías para evitar que los habitantes se escabullan de regreso a sus aldeas costeras en alto riesgo.
Mientras tanto los colegios de la región del volcán, las oficinas gubernamentales y la Bolsa filipina permanecen cerrados por precaución.
La última erupción del volcán Taal fue en 1977. El Cinturón de Fuego del Pacífico designa áreas donde las placas tectónicas chocan, provocan terremotos y actividad volcánica. En enero de 2018, decenas de miles de personas tuvieron que ser evacuadas debido a una erupción del Monte Mayón, en la región central de Bicol.
La peor erupción de las últimas décadas fue la de 1991 en el Monte Pinatubo, a unos 100 kilómetros al noroeste de Manila, que causó más de 800 muertos.