La dirección general de Pesca de la Generalitat ha negociado con la Unión Europea retribuciones económicas por la pérdida de capturas y daños en redes.

Crédito: Ana Jiménez / La Vanguardia

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La crisis en la que está sumida la pesca artesanal en la costa catalana a causa de la gran cantidad de desechos –plásticos y toallitas–, además de todo tipo de vertidos que impiden las capturas y dañan las redes, se verá paliada en parte por las compensaciones que la dirección general de Pesca de la Generalitat ha negociado a través del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca. Fondos estructurales que intentan compensar las pérdidas que el sector obtiene con la recogida de la basura que encuentra en el mar.

En algunos puertos como el de Badalona, los pescadores se ven obligados a navegar hasta puntos lejanos para poder hacer sus capturas, ya que relatan que “desde el Besòs hasta Premià, hay un vertido permanente de plásticos y toallitas higiénicas” que impiden la pesca y dañan las redes. Con la nueva línea específica que la Unión Europea define como marine litter (basura marina) se compensa el esfuerzo que hacen los profesionales.

“No queremos que los pescadores sean los basureros del mar”, apunta Sergi Tudela, director general de Pesca de la Generalitat. “Los profesionales ya están implicados e impulsan por iniciativa propia una labor de retirada de desechos y plásticos”, por lo que ahora “cada embarcación recibirá una compensación por la labor que haya llevado a cabo”.

El Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEM) son fondos europeos específicos para temas marítimos y gestionan 50 millones de fondos públicos; un 75% procedentes de fondos europeos y el 25% de la Generalitat. Una programación que se prolonga durante siete años y que ahora se reactiva. La línea para paliar la problemática “con una gran incidencia en la costa” se convocará el primer trimestre de este año y prevé destinar un millón de euros cada año.

Las subvenciones se canalizarán a ­través de las federaciones provinciales de pesca y de las cofradías de pescadores. “De esta forma también empoderamos las estructuras del sector” incide Tudela. Desde las entidades pesqueras se podrán impulsar campañas de sensibilización, formación y difusión hacia la ciudadanía, así como labores más técnicas de ca­racterización de la basura que cada ­embarcación captura, para acabar hallando las fórmulas para minimizarla.

Las compensaciones se repartirán según la incidencia de los desechos en el litoral. Así, las cofradías de Barcelona son las que en teoría recibirán más compensaciones para cada embarcación, ya que también son las más afectadas. Igualmente, se distingue la modalidad de pesca del arrastre, la que tiene mayor incidencia en la recogida de desechos provenientes del mar.

Según el director general de Pesca, “hemos escogido esta modalidad para involucrar más a los pescadores”. En otras comunidades, como por ejemplo el País Vasco, cada pescador recibe una cantidad económica por ir a pescar el plástico.

En este caso las cofradías se encargarán de desarrollar campañas y asegurar el reciclaje de los desechos. Incluso podrán llegar a contratar personal específico para coordinar y llevar a cabo estas labores. “Se trata de primar el trabajo colectivo”. Cada federación deberá reportar informes sobre las horas dedicadas a recoger desechos del mar, el volumen de restos y llevar a cabo una imputación horaria de las embarcaciones y ­declaración de la administración com­petente con la gestión de los restos y su retirada.

En paralelo, otras ayudas del Fondo Europeo son las subvenciones para la adquisición de las puertas volantes, un nuevo ingenio que evita en las embarcaciones de arrastre la erosión del fondo marino, pero además garantiza el mismo número de capturas y la reducción de una cuarta parte de la factura energética de la embarcación.

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