Belén Couso es maratonista y completó en marzo su primera prueba Ironman, una de las carreras más exigentes del mundo. Poco después comenzó el confinamiento. Ella, además empresaria, cambió caos por solidaridad.

Foto: INFOBAE

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En medio del caos por el coronavirus, existen las micro historias que invitan a pensar en nuevos sistemas de vida en los que acaso la solidaridad sea la única llave para abrirle la puerta de salida a las catástrofes: la de Belén Couso es una de ellas.

El comienzo de la cuarentena obligatoria en la Argentina comenzó poco más de dos semanas después de que Belén regresó de Bariloche donde en el 1° de marzo había completado el Ironman (1.9km de natación, 90km de ciclismo y 21k de atletismo), uno de los más exigentes del mundo, para el que se preparó en poco más de dos meses en módulos de cuatro horas de entrenamiento por día.

En 2007 Couso creó una línea de cosmética antibacterial, el diferencial de sus productos que la catapultó. Sin embargo fue en 2009, con la pandemia de la gripe A cuando se afianzó como referencia en la materia al instalar en el mercado el alcohol en gel portátil, una forma de antisepsia que descubrió en uno de sus viajes al exterior. La demanda del producto escaló por entonces a niveles nunca antes vistos, a partir de lo cual comenzó a fabricar el producto en la Argentina. Once años después una nueva crisis sanitaria, ahora el COVID-19, volvió a poner en jaque a la humanidad y ella decidió transformar negocio y confinamiento en solidaridad.

En conjunto con empresas y la ONG Pura Vida a la que representa inició un programa de voluntariado solidario de repartición del alcohol en gel que fabrica, del cual fue la primera inscripta. Es ella la que transporta el producto a distintos hogares y comedores que lo requieren, a sabiendas de su reconocida trayectoria de trabajo social y quien convoca a todo aquel que, entendiendo que hoy el mundo necesita de un sólo idioma, el de la cooperación, participe en alguna de las tantas formas que son posibles.

“Salí a patear con la bicicleta. Cargué en la mochila mis geles antibacteriales, la ONG Pura Vida me pasó los hogares que necesitaban y empecé esta donación de delivery solidario”, le contó Belén a Infobae sobre cómo surgió una iniciativa que se fue transformando con el correr de los días.

"Nunca pensé que al regresar de esa experiencia de alto rendimiento me iba a tener que quedar quieta en un departamento. Pasé de entrenarme cuatro horas por día durante dos meses gracias al trabajo de mi entrenador, Rodrigo Cuccaro, quien confió en mí y en mi cabeza para hacer un plan que me permitiera completar la carrera, a quedarme encerrada sabien que tenía mucho por hacer. El Ironman es de por sí una de las competencias de triatlón más duras pero el de Bariloche es de los más exigentes porque tiene muchísimos cambios geográficos: pendientes, montañas, la bici es durísima y el agua del Nahuel Huapi es helada. Todo eso significaba un gran desafío y por eso, una vez que lográs completarlo te sentís la mujer de hierro y sólo querés seguir por más", cuenta Belén en una entrevista con TN.

En el 2017 Belén creó la comunidad Mujeres al Mando, a partir de la cual busca estimular mediante distintos contenidos y experiencias a muchas mujeres para que se animen a realizar desafíos, muchos de los cuales parecen estar destinados sólo para hombres. "Tras los primeros días de confinamiento empecé a pensar que cómo podía ser que no tuviera nada para hacer por los demás si allá había podido hacer todo eso. Entonces volví a sentir el espíritu de la máxima competencia y me puse en marcha porque no me alcanzaba sólo con correr en el balcón o con subir y bajar la escalera".

"La situación en la que están los lugares en los que hice esta asistencia es la del desabastecimiento, que es algo que nos afecta a todos con distintos artículos, pero aquellos donde conviven personas que no tienen su propia casa o familia, el sufrimiento es más notable aún. Los elementos de higiene en esos casos son fundamentales porque las personas están en grupos. Yo, en cumplimiento con lo indicado por las normas de seguridad no entro a los hogares sino que retiro y dejo los bidones de alcohol en la puerta, pero hay situaciones desbordantes y por eso la ayuda ya no debe ser una cuestión de elección sino de entender que hay muchas personas que necesitan elementos que otros tenemos. Se trata de encontrar el modo en que podemos ayudar, ya sea comprometiendo el cuerpo, el intelecto o lo material", explica Belén a TN.

Además, Belén logró distribuir barbijos, lavandina y pañales, entre otros elementos de higiene, a distintos hogares que cobijan a niños y adolescentes.

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