La tortuga había sido rescatada por Roberto Ubieta, un pescador artesanal de San Clemente del Tuyú, luego de encontrarla atrapada en sus redes. El pescador le aplicó primeros auxilios, ya que había aprendido cómo hacerlo gracias a capacitaciones impartidas por la Fundación, y la llevó de inmediato al Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Marina para que sea asistida.
La tortuga verde juvenil (Chelonia mydas) fue inmediatamente ingresada y se observó que presentaba bajo peso, aunque aún podía nadar y sumergirse con normalidad. Sus patrones de sangre evidenciaban parámetros normales. Sin embargo, a las pocas horas comenzó a defecar gran cantidad de basura. Afortunadamente, luego de realizarse diversos estudios ya no quedaron cuerpos extraños dentro de su organismo.