Los datos avanzados por el profesor Chris Dickman, de la Universidad de Sidney, muestran la importancia ecológica de la gigantesca oleada de fuegos.

Crédito: Lisa Maree Williams / Getty

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Hacer balance del impacto de una inmensa oleada de fuegos como los que afectan desde hace semanas diversas regiones de Australia es sumamente arriesgado pero el equipo científico liderado por el profesor Chris Dickman, de la Universidad de Sidney, considera que gravedad de la situación obliga a dar datos aunque sean provisionales.

El pasado día 3 de enero, el profesor Dickman difundió una primera estimación indicando que sólo en el estado australiano de Nueva Gales del Sur -el más afectado por las llamas- y contando únicamente los grupos animales de mamíferos, aves y reptiles calculaba que en los últimos tres meses han muerto unos 480 millones de animales.

La Universidad de Sidney ha publicado el 8 de enero en su página en internet una actualización de los cálculos del profesor Dickman que dejan en evidencia la gravedad de la situación.

“El profesor Chris Dickman ha revisado su estimación sobre el número de animales muertos en los incendios forestales en Nueva Gales del Sur elevando la cifra hasta más de 800 millones de ejemplare muertos, con un impacto a escala de toda Australia que se situaría en más de 1.000 millones de animales muertos”, indica la nota difundida por la Universidad de Sidney.

El profesor Dickman considera que “no hay nada que se pueda comparar con la devastación que está ocurriendo en un área tan grande tan rápidamente [como la que afecta a los incendios en Australia]”. En una entrevista concedida al Patrick Winn, para la cadena pública de radio KOSU de Estados Unidos, el profesor Dickman ha sentenciado: “es un evento monstruoso en términos de geografía y la cantidad de animales individuales afectados”.

”Sabemos que la biodiversidad australiana ha disminuido en las últimas décadas, y probablemente se sabe que Australia tiene la tasa de extinción más alta del mundo para los mamíferos”. “Son eventos como este los que pueden acelerar el proceso de extinción para una variedad de otras especies. Entonces, es un momento muy triste”, ha explicado Dickman.

“Lo que estamos viendo son los efectos del cambio climático. A veces, se dice que Australia es el canario en la mina de carbón con los efectos del cambio climático que se ven aquí de manera más severa y temprana ... Probablemente estamos viendo qué cambio climático puede “Parece que para otras partes del mundo en las primeras etapas en Australia en este momento”, reitera el profesor Dickman.

“Creo que existe una sensación entre los ecólogos y científicos especializados en medio ambiente en general en Australia de que nos hemos quedado fuera del debate, que todo el debate sobre cambio climático se centra en la política. Pero creo que es hora de que los científicos vuelvan al primer plano para que todos nos demos cuenta de lo que probablemente sucederá en las próximas décadas y pensar cómo podemos mantener a la comunidad humana en buena salud y la mayor biodiversidad que se pueda retener bajo esta situación en evolución”, indica este experto en ecología y conservación de mamíferos con más de 30 años de experiencia profesional.

El profesor Dickman explica que los animales que sobreviven a los incendios en primera instancia deben ocupar áreas que no tienen los recursos para mantenerlos. Otros serán víctimas de depredadores introducidos, como gatos salvajes y zorros rojos. Incluso para aquellas aves o animales que pueden huir a áreas no afectadas, rara vez podrán competir con éxito con animales que ya viven allí y sucumbir en poco tiempo.

Las cifras citadas por el profesor Dickman se basan en un informe de 2007 para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) sobre los impactos del desmonte o deforestación en la vida silvestre australiana en Nueva Gales del Sur.

El cálculo de animales afectados en deforestaciones en espacios reducidos fue aplicado a la superficie calcinada en los últimos meses. Según indica la Universidad de Sidney, el equipo de Dickman “ha empleado deliberadamente estimaciones altamente conservadoras al hacer sus cálculos; por lo tanto, es probable que la mortalidad real sea sustancialmente mayor que la estimada”.

El nuevo dato sobre animales muertos en Nueva Gales del Sud, y la extrapolación a otras zonas de Australia, incluye mamíferos (sin contar murciélagos), aves y reptiles. No se calculan las muertes posibles en grupos como los anfibios, insectos u otros invertebrados.

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