Un estudio revela que los excrementos de estos herbívoros fertilizan el medio acuático al aportar hasta el 80% del silicio que hay en el agua.

hipopotamo

El silicio, que proviene mayoritariamente de la erosión de las rocas, es esencial para la producción primaria en el océano, pero también uno de los grandes aliados de quienes cultivan arroz, caña de azúcar y diversas especies de gramináceas. Y es que, se trata de un muy buen fertilizante, además de un gran protector de plagas, pues hace que las plantas sean menos susceptibles al estrés.

En los lagos y ríos africanos esta fertilización se produce de forma natural gracias a los hipopótamos y a sus heces, según recoge un artículo científico publicado este mes de mayo en la revista especializada Science Advances que analiza el origen del silicio que hay en el agua.

El trabajo pone sobre la mesa que en el continente africano las poblaciones de hipopótamos se han reducido un 90% en las últimas décadas por culpa de la caza y la destrucción de los hábitats naturales. En este sentido, alerta de que esto podría llevar a una escasez de alimentos en ecosistemas como el Lago Victoria, el más grande del continente. ¿El motivo? La falta de excrementos de hipopótamo, de los que se alimentan desde quienes están en la base trófica del ecosistema como los que están en los niveles superiores.

El hecho de que los hipopótamos aporten tanto silicio al ecosistema está estrechamente relacionado con su estilo de vida. Durante la noche la sabana es suya e ingieren allí docenas de kilos de hierba fresca, mientras que cuando amanece se desplazan hasta los ríos y los lagos para protegerse del sol y de los depredadores.

A diferencia de otros animales, los hipopótamos defecan en el agua, con lo que los nutrientes que habían ingerido en la sabana llegan a otro ecosistema distinto del que provenían y acaban fertilizándolo. En el caso de quienes comen pasto y defecan en tierra, en cambio, son las propias plantas las reabsorben los nutrientes contenidos en las heces.

En total, en la zona del río Mara, que nace en Kenia y fluye hasta Tanzania desembocando en el Lago Victoria, se estima que los hipopótamos que allí encuentran reposo desechan algo menos de 10 toneladas de excrementos cada día, una afluencia masiva de materia orgánica y nutrientes que influye, y mucho, en la vida acuática.

Para la elaboración del trabajo, los expertos recorrieron casi cuatrocientos kilómetros siguiendo el curso del río Mara a su paso por la reserva natural del Masái Mara, ubicada al sudoeste de Kenia, un enclave que forma parte de la región del Serengueti y es, en realidad, una continuación del famoso parque nacional homónimo.

Los investigadores analizaron la composición isotópica del silicio en muestras de plantas, agua y excrementos. Esto les permitió advertir que la mitad del silicio que ingieren los hipopótamos a diario acaba ese mismo día en el agua. Además, aseguran que, de todo el silicio que hay en el río Mara, el 80% proviene de los excrementos de los hipopótamos.

Este aporte de silicio beneficia en especial a unas algas unicelulares llamadas diatomeas, cuya presencia en el agua es primordial porque producen oxígeno. Por ello, deseguir decreciendo las poblaciones de hipopótamos, las diatomeas se quedarían sin silicio y podrían colapsar, lo que causaría estragos en todo el ecosistema, pues el problema iría transmitiéndose en cadena desde estos organismos unicelulares hasta los grandes depredadores.

En este escenario, las diatomeas podrían ser reemplazadas por otras especies de algas de rápida proliferación que podrían dejar sin oxígeno el medio acuático, lo que provocaría la muerte de muchos peces y afectaría directamente la actividad pesquera.

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