Nadaba a más de 4000 kilómetros de la población de belugas más cercana y nadie sabe de dónde vino ni por qué.

beluga

Las ballenas beluga (Delphinapterus leucas) viven en aguas gélidas, generalmente se limitan a las aguas árticas y subárticas de las costas de Canadá, Groenlandia, Rusia, Escandinavia y Alaska. También son animales muy sociales que suelen nadar en manadas. Pero, el 26 de junio, un ejemplar de beluga fue filmada nadando en la Bahía Mission de San Diego, en California (EEUU). Estaba completamente sola y a más de 4000 kilómetros de la población de belugas más cercana, ubicada en Alaska.

Este ha sido el avistamiento de beluga más al sur que nunca se haya registrado oficialmente. Las preguntas sobre su origen y el por qué de su presencia en aguas tan cálidas han dejado a los científicos rebanándose los sesos.

Domenic Biagini y Lisa LaPointe, dos guías turísticos de observación de ballenas fueron quienes detectaron el animal y grabaron el video mediante un dron. La sorpresa para ellos fue mayúscula porque están acostumbrados a avistar ballenas azules, jorobadas o alguna orca, pero nunca a una beluga.

LaPointe, quien avistó el animal, alertó a su compañero y vieron la necesidad de tener imágenes para corroborar su presencia.

”Sin lugar a dudas, una ballena beluga apareció frente a mí. Fue tan extraño, ese momento fue tan sorprendente que inmediatamente cambié al modo de científico ciudadano”, explica Biagini, que asegura que sus manos temblaban mientras pilotaba su avión no tripulado para documentar al visitante sorpresa.

Aunque es poco común, sí se han registrado belugas lejos de su hábitat polar. En la primavera de 1940, una beluga fue vista frente a la costa del estado de Washington. En el Atlántico, se han registrado belugas hasta en el sur de Massachusetts y Nueva Jersey. Las poblaciones rusas de belugas han llegado hasta el sur de Japón y, en 2018, una beluga apodada Benny se encontró nadando en el río Támesis hacia Londres.

Aún así, es sorprendente que aparezca una beluga en el sur de California. En los últimos años, esas aguas han visto un número creciente de especies inesperadas, pero generalmente suben desde los trópicos más cálidos. Por ejemplo, se ha detectado la presencia de serpientes de mar de vientre amarillo o de tiburones martillo que se desplazan al norte por culpa del cambio climático y El Niño.

No se sabe qué inspiró a esta criatura a alejarse tanto de su hábitat natural. “Tal vez decidió emprender un curioso viaje, o podría estar enfermo y desorientado”, dice Alisa Schulman-Janiger, investigadora asociada en el Museo de Historia Natural de Los Ángeles.

Sin embargo, según las imágenes de Biagini y LaPointe, Schulman-Janiger, y otros expertos aseguran que el animal parece tener una buena condición corporal. Además, apuntan que el animal no tendrá problemas para encontrar alimento en las aguas californianas, aunque el menú sea diferente del que suele tener una beluga. “Me gustaría pensar que es una gran aventura”, dice Schulman-Janiger.

Sin información genética o una foto cercana que pueda dar pistas sobre si se trata de una belugas de Rusia o Alaska, “nadie sabe de dónde vino esta ballena. Podría ser de varios lugares diferentes”, explica Kristin Laidre, científica principal del Centro de Ciencia Polar de la Universidad de Washington.

La población de beluga más cercana reside durante todo el año en el Golfo de Alaska, con menos de 300 ejemplares en la ensenada de Cook y otros 20 en la bahía de Yakutat, al este.

A nivel mundial, las ballenas beluga no se consideran amenazadas, pero la población de Cook, que incluye a las ballenas Yakutat, está clasificada como en peligro de extinción según la Ley de especies en peligro de extinción de EE. UU., Con una promedio de disminución anual de alrededor del 2.3 por ciento.

También es inusual que nadara sola. Las belugas nadan en grupo y los científicos no se explican como abandonó su manada para alejarse tanto de su hábitat natural.

Varios días después del avistamiento en San Diego, la beluga se detecto nadando frente la costa de Los Ángeles. Si se confirma este nuevo avistamiento, eso indicaría que el animal puede estar volviendo lentamente a casa.

Schulman-Janiger ha puesto en marcha un red de avistamientos por toda la costa del Pacífico de Estados Unidos y Canadá para poder saber si la beluga se dirige realmente hacia el norte. “Si la ballena continúa sin ser detectada, probablemente nunca sabremos de dónde vino o por qué”, explica la experta.

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