La Policía de Oregón ha sacrificado a un cachorro de oso negro que se había familiarizado con los humanos. Los vecinos de la zona y los visitantes del parque Scoggins Valley, a unos 50 kilómetros de Portland, le daban comida y se hacían selfies con el animal. La decisión de sacrificar al osezno se tomó ante el temor de las autoridades a que en un futuro sus interacciones con humanos se volvieran peligrosas.
La semana pasada a través de Twitter, la Oficina del Sheriff del Condado de Washington advirtió a los visitantes del parque de la existencia del oso negro y recomendaba que le evitaran después de haber visto en redes sociales selfies con el cachorro.
El oso de 100 libras de peso (45 kilos) tenía entre 2 y 3 años, se podria haber reubicado en otra zona pero según Rick Swart, del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Oregó, tomaron la decisión de sacrificarlo después de recibir una llamada donde les informaron que el animal estaba comiendo los alimentos que los visitantes le dejaban.
Un oso negro adultos puede pesar más de 130 kilos y las autoridades creen que podría ocasionar problemas para obtener comida humana o acabar siendo disparado al acercarse a humanos.
“Las personas que dan comida pueden tener buenas intenciones pero los osos nunca deben ser alimentados. Es mejor dejar que los animales recolectores se valgan por sí mismos y disfrutar de ellos desde una distancia considerable”, explica Kurt Licence, biólogo del Departamento de Pesca y Vida Salvaje.
En Oregón es ilegal atraer a un animal esparciendo alimentos o dejando basura. Para evitar un encuentro con un oso negro, las autoridades aconsejan a los residentes que viven y acampan cerca del hábitat de los osos que desechen los restos de alimentos en los cubos de basura especiales y siempre eviten acercarse a un cachorro porque su madre protectora y feroz podría estar cerca.
La decisión de sacrificar al osezno ha traído cola. En la plataforma Change.org se ha creado una petición en la que se pide castigo para el responsable de Policía que decidió sacrificar al animal de un disparo y a todos los especialistas que han recomendado esta medida.
”Esto es una vergüenza y una falta de humanidad y profesionalidad, las autoridades deberían haber buscado otra solución, ponerlo en un santuario o buscar ayuda de especialistas, sin embargo eligieron el camino más fácil, eligieron matar a un animal indefenso, es una vergüenza. La gente que tomó la decisión de sacarle la vida debe ser despedida y castigada maltrato animal, justicia para la cría de oso”, escribe Juan Pablo Vega Ramírez que ha iniciado esta petición dirigida al Sheriff del Condado de Washington.
El oso negro, el más común en los bosques y montañas del norte de los Estados Unidos, es una especie protegida ya que la población de dos millones de animales se ha visto reducida entre los 750.000 y 500.000 en los últimos años.
