Organizaciones defensoras de los derechos de los animales radicarán un proyecto de ley ante el Senado para acabar con la exportación marítima de animales vivos para su producción y sacrificio.

ganado

Recientemente, un grupo de animalistas puso en el debate público el envío de cerca de 21 mil vacas y bueyes vivos a Irak a bordo del navío “Nada”, que salió del Puerto de Mamonal, en Cartagena. Los bovinos habían sido recogidos en fincas ganaderas de Córdoba, Sucre, Cesar, Bolívar y Antioquia, y salieron rumbo a medio oriente el primero de octubre.

La travesía, que dura dos semanas y que fue considerada la más grande exportación de animales vivos en la historia de Colombia, despertó de inmediato críticas en los defensores de animales. La práctica, según los activistas, es “extremadamente cruel” para el ganado: empezando por el viaje que tuvieron que hacer los animales por las carreteras del país, expuestos al frío, al calor, estando de pie y sin poder moverse cómodamente; sin acceso al agua o alimento y sin las condiciones de higiene y sanidad necesarias. Pero también, por el estrés que provoca la embarcación y el viaje hasta medio oriente en el navío, donde las condiciones no mejoran.

Ante este panorama, organizaciones animalistas radicarán un proyecto de ley para acabar con la exportación marítima de animales vivos para su producción y sacrificio de aquí al 2024.

Según las organizaciones Animals International y AnimaNaturails, esta actividad es uno de los peores escenarios de crueldad con los animales en Colombia y en otras partes del mundo.

“La exportación de animales vivos hacia Oriente Medio es una práctica cruel e innecesaria. Durante el transporte, que puede durar hasta 30 días, los animales padecen hacinamiento, privación de agua y alimento, enfermedades, fracturas y muerte por aplastamiento. Los excrementos pueden alcanzar hasta un metro de altura, lo que hace que los animales se cubran de sus propias heces; incluso, que mueran ahogados, asfixiados, por infecciones, o por la contaminación del agua y la comida”, denuncian las organizaciones.

Además, aseguran que los países importadores como Líbano, Iraq, Egipto y Jordania, hacia donde Colombia exporta, no cuentan con leyes de bienestar animal y que, por esta razón, los animales son víctimas de toda suerte de violencias. Según indican, se han documentado procesos de desembarque sin rampas, prácticas de tortura como el corte de tendones y la extracción de ojos estando los animales conscientes, y la matanza sin aturdimiento previo.

Por esto, a través del proyecto de ley buscan acabar con esta práctica comercial que, insisten, es cruel e innecesaria pues puede reemplazarse por la exportación de carne refrigerada o en canal.

“Las razones por las que esta actividad continúa son: la demanda de “carne fresca”, aunque los sistemas de refrigerado permiten garantizar esta calidad; y la práctica halal, pese a que en Colombia también existe esta práctica certificada. Por lo tanto, no hay justificación para seguir sometiendo a miles de animales vivos al calvario de la exportación por vía marítima”, aseguran los activistas, quienes también afirman que con un este proyecto de ley Colombia iría expandiendo sus consideraciones sobre el bienestar animal de la mano con la legislación nacional y con el mandato constitucional de protección a los animales.

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